Vinos argentinos sorprenden con frescura inesperada tras año inusualmente cálido

Argentina triunfa con vinos frescos en cosecha 2024 a pesar del calor extremo

Miércoles 12 de Junio de 2024

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Argentina ha experimentado un año inusualmente caluroso, pero con vinos que sorprenden por su frescura, típica de climas más fríos. Así lo describe Edy del Popolo, productor de Susana Balbo Wines y PerSe, al referirse a la cosecha de 2024.

El invierno y la primavera de este año tuvieron dos factores importantes que marcaron la diferencia, tanto para bien como para mal. Por un lado, las lluvias y nevadas inusualmente abundantes durante el invierno ofrecieron un alivio fundamental para reponer las reservas de agua, que estaban en su nivel más bajo en 30 años. Sin embargo, este periodo también estuvo marcado por la frecuente aparición de los vientos Zonda.

El Zonda, un viento foehn de alta altitud que puede alcanzar más de 100 km/h, trae consigo vientos cálidos y arenosos que pueden dañar los brotes primaverales más delicados. "Durante todo el mes de noviembre hubo una verdadera maratón de vientos Zonda", comenta del Popolo. "Es raro ver Zondas de tanta duración e intensidad, y causaron daños en muchos brotes y yemas".

Aunque el Zonda redujo los rendimientos en muchas regiones, la producción general sigue siendo superior a la baja histórica del año pasado, afectada por heladas tardías. Las primeras estimaciones de la cosecha de 2024 indican una disminución del 10-15% en promedio en la región de Cuyo. La zona más afectada fue el norte de Argentina, en los Valles Calchaquíes, donde algunos productores reportan pérdidas de hasta el 30%.

En las regiones más al sur, en Patagonia, los productores enfrentaron un invierno y una primavera extremadamente fríos, combatiendo múltiples episodios de heladas que también causaron pérdidas en la producción.

A pesar de las olas de calor en las principales regiones vinícolas durante el verano, que presentaron retos adicionales, la calidad general de la cosecha de 2024 es muy alta. "Las vides se detuvieron y dejaron de realizar la fotosíntesis, lo que significó una gran heterogeneidad en los viñedos", explica Juan Pablo Murgia de Bodega Argento. "En nuestro viñedo en Agrelo, por ejemplo, tuvimos hasta 3° de diferencia en el potencial de alcohol entre las parcelas de Malbec".

Esto implicó más trabajo en la división de las cosechas, pero la calidad final no se vio afectada negativamente. "Los vinos de este año muestran una gran profundidad y color, pero con una frescura notable. Y la ventana de maduración fue larga y lenta, lo que en mi experiencia siempre resulta en los mejores vinos", añade Murgia.

Los vinos blancos también parecen prometedores. "Nuestro Chardonnay en el Valle de Uco fue cosechado una o dos semanas más tarde de lo habitual", comenta Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata. "Este año se caracterizan por aromas herbales, o más bien florales y de frutas blancas, con altos niveles de acidez".

Así, a pesar de los retos climáticos, Argentina ha logrado producir una cosecha que promete calidad y frescura, destacando una vez más la adaptabilidad y resiliencia de sus viñedos frente a las condiciones cambiantes.

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