Caída histórica: la producción mundial de vino se desploma un 10% y retrocede a niveles de 1961

El Director General de la OIV, John Barker, alerta en una conferencia de una crisis sin precedentes en la industria del vino. ¿Estamos ante el fin de una era en la viticultura?

Jueves 25 de Abril de 2024

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John Barker
John Barker, Director General de la OIV

El sector vitivinícola mundial se ha enfrentado a desafíos sin precedentes durante el año 2023, marcado principalmente por volúmenes de producción históricamente bajos y un ascenso en los precios, bajo la prolongada sombra de las presiones inflacionarias globales que se iniciaron en 2022. Desde la sede de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en Dijon, y a través de una conferencia web, John Barker, el Director General, ha compartido detalles reveladores sobre la situación actual del sector.

Área de viñedos

Una de las estadísticas más llamativas presentadas fue la continuación de la reducción del área de viñedos a nivel mundial. Esta superficie se redujo en un 0,5% respecto al año anterior, situándose en 7,2 millones de hectáreas. Este descenso, que ya se observa por tercer año consecutivo, es resultado de la eliminación de viñedos en importantes regiones vitivinícolas de ambos hemisferios. Este fenómeno no solo responde a decisiones agronómicas o económicas sino también a los desafíos climáticos que cada vez impactan con mayor fuerza estos cultivos.

Producción de vino

En cuanto a la producción, las condiciones climáticas extremas y las enfermedades fúngicas generalizadas han tenido un impacto severo en muchos viñedos alrededor del mundo, culminando en una producción global de vino que alcanzó solo 237 millones de hectolitros. Esto representa una caída del 10% respecto a 2022 y es la cifra más baja desde 1961. Las heladas tardías, las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos han jugado un papel crucial en este descenso drástico.

Consumo de vino

Por el lado del consumo, 2023 estimó una ingesta global de 221 millones de hectolitros, lo que indica una disminución del 2,6% en comparación con las ya bajas cifras de 2022. El aumento en los costos de producción y distribución, impulsado por la inflación, llevó a un encarecimiento del vino para los consumidores, que ya venían experimentando una disminución en su poder adquisitivo. No obstante, algunos mercados importantes mostraron una notable resiliencia frente a estas adversidades, ajustando sus estrategias de mercado y fomentando una cultura de aprecio por productos de calidad superior, aunque a precios más elevados.

Comercio internacional de vino

En lo que respecta al comercio internacional, el volumen total de vino exportado experimentó una caída, situándose en 99 millones de hectolitres. Sin embargo, este descenso fue compensado por un alto valor de exportación, que alcanzó los 36 mil millones de euros. El precio medio por litro de vino exportado alcanzó un máximo histórico de 3,62 euros, reflejando una adaptación del sector a un entorno económico global cambiante, donde la calidad parece empezar a prevalecer sobre la cantidad.

Este panorama ofrece una visión clara de cómo la industria vitivinícola está navegando por tiempos de incertidumbre económica y climática. A pesar de los desafíos obvios, la capacidad de adaptación y la búsqueda de innovación continúan siendo las claves para mantener la relevancia y sostenibilidad del sector en el ámbito global. Es un recordatorio de que, incluso en las épocas más difíciles, la resiliencia y la innovación pueden abrir caminos para nuevas oportunidades y estrategias de crecimiento en el sector vitivinícola.

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