El cambio climático amenaza la identidad de los vinos de Castilla y León

Expertos en Duero Wine Fest buscan soluciones

Martes 16 de Abril de 2024

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Tim Atkin durante su intervención en Duero Wine Fest

El congreso Duero Wine Fest, que se celebra en Salamanca, ha traído a la mesa un tema que, aunque no es nuevo, sí está cobrando una relevancia cada vez mayor en el sector vitivinícola: el cambio climático y su impacto en los viñedos de Castilla y León. Durante la primera jornada del evento, este asunto ha captado la atención principal, reflejando el consenso entre expertos sobre el calentamiento global como uno de los desafíos más significativos para la viticultura de la región.

Los especialistas coinciden en que el cambio climático no solo amenaza la producción actual, sino que pone en riesgo la propia identidad de las variedades de uva que tradicionalmente se han cultivado en las distintas áreas de Castilla y León. Este reto exige un enfoque adaptativo y proactivo para salvaguardar la tipicidad y la calidad de los vinos de la región.

Las propuestas de adaptación abarcan desde técnicas agronómicas, como modificar los sistemas de conducción y poda, hasta estrategias más radicales como el traslado de viñedos a terrenos más altos, que podrían ofrecer condiciones más favorables bajo nuevos escenarios climáticos. Además, se mencionó la importancia de emplear prácticas de irrigación controlada y sistemas de sombreado para proteger las viñas de los excesos de calor y radiación solar.

El catedrático Vicente Sotés subrayó la necesidad de aplicar soluciones locales a este problema global, destacando la importancia de entender y valorar la biodiversidad específica de cada territorio para diseñar intervenciones que sean realmente efectivas y respetuosas con el medio ambiente y la tradición vitivinícola local.

Durante su intervención en la sesión inaugural, Tim Atkin, reconocido Master of Wine y experto en la Ribera del Duero, habló sobre cómo la variedad Tempranillo, insignia de esta denominación de origen, podría sufrir cambios en sus características alcohólicas y de acidez debido al aumento de temperaturas. Esto podría derivar en vinos que no respondan a las expectativas y demandas actuales del mercado. Atkin sugirió la posibilidad de explorar nuevas variedades y prácticas de cultivo en zonas más elevadas como parte de la estrategia de adaptación.

La altitud de los viñedos fue otro de los temas cruciales debatidos. Si bien algunos expertos se mostraron muy favorables a buscar terrenos a mayor altura, otros aportaron una visión más cautelosa, insistiendo en que las decisiones deben considerar también la orografía y las características del suelo, evitando soluciones simplistas.

El congreso también sirvió de plataforma para discutir las clasificaciones actuales de viñedos y vinos en Castilla y León, un tema que Almudena Alberca y Álvaro Ribalta, ambos Master of Wine, junto con el investigador Jesús Yuste, abordaron con detalle. Plantearon la necesidad de revisar y posiblemente modificar las normativas y clasificaciones vigentes para que estén en consonancia con los cambios climáticos y las nuevas realidades del mercado.

Este enfoque histórico e identitario en las clasificaciones fue ampliamente apoyado, sugiriendo que cualquier nuevo sistema debe ser comprensible y memorable para el consumidor, al tiempo que protege la esencia y la autenticidad de los vinos de la región.

En un ángulo más cultural y reflexivo, Felipe Fernández-Armesto aportó una perspectiva sobre la evolución del consumo de vino a lo largo de la historia, destacando su rol no solo como parte de la dieta sino como un elemento fundamental en la cultura y sociedad humanas. Resaltó la importancia de mantener el interés por el vino entre las nuevas generaciones, subrayando que su desvinculación con esta tradición podría tener consecuencias tan graves para la industria como las que plantea el cambio climático.

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