Ángel Marqués de Ávila
Miércoles 26 de Noviembre de 2025
Entre suaves laderas bañadas por la influencia atlántica y protegidas por la memoria ancestral de un Pazo histórico, la bodega Pazo La Cuesta representa una de las historias más singulares del vino gallego contemporáneo. Ubicada en un enclave privilegiado de Ourense —donde la tradición vitícola se remonta a siglos atrás— este proyecto se ha consolidado como una de las firmas que mejor ha sabido unir patrimonio, viticultura de mínima intervención y vinos con identidad propia.
La recuperación del viñedo, especialmente de parcelas viejas de garnacha tintorera prefiloxérica y variedades autóctonas, ha sido una labor minuciosa: selección masal, manejo sostenible del suelo, fermentaciones cuidadas y un profundo respeto por la fruta. Esto ha permitido elaborar vinos que hablan del lugar y que hoy colocan a Pazo La Cuesta en el radar de coleccionistas y de críticos especializados.
Assemblage o coupage de variedades locales (según añada) con presencia significativa de uva tinta tradicional gallega.
Suelo: Granítico-arenoso con materia orgánica media.
Crianza: Depende de añada, habitualmente barrica usada y afinado en depósito.
Se trata de un vino que simple vista destaca por su color rubí brillante, de capa media, con reflejos violáceos y una limpidez impecable. Lágrima fina y elegante.
En nariz, subraya su aroma fresco, limpio y vertical. Predominan notas de frutos rojos (grosella, arándano), apuntes florales (violeta) y un fondo sutil balsámico. La crianza aporta recuerdos delicados de cedro y especias suaves sin dominar la fruta.
En boca acentúa su jugosidad, equilibrada y vibrante. Tanino fino, muy pulido, acompañado de una acidez refrescante que sostiene el vino de principio a fin. Final largo, con un punto salino que delata su origen granítico y un retrogusto a fruta fresca y hierbas del monte.
Un tinto atlántico moderno, preciso y gastronómico. Excelente relación entre complejidad y ligereza.
Garnacha Tintorera procedente de cepas centenarias prefiloxéricas.
Viticultura: Manual, mínima intervención, producción mínima.
Crianza: Barrica francesa de varios usos y afinado prolongado.
Este vino al verlo se aprecia en su capa alta, color cereza casi opaco, propio de la variedad. Lágrima densa y lenta.
En nariz, asoma su gran complejidad desde el primer giro de copa se aprecia el olor a mora silvestre, ciruela negra, endrina, además de notas minerales (grafito, piedra húmeda).También asoman balsámicos (eucalipto, resina fina), con un sutil fondo de cacao puro y especias como el clavo.
La pureza de la fruta y la profundidad aromática delatan la longevidad de las cepas y la finura del trabajo en bodega.
En boca, resalta su entrada poderosa, envolvente, con un tanino firme pero noble. El vino avanza con peso, estructura y elegancia, sin excederse. La acidez mantiene la frescura y aporta tensión. Final muy largo, con recuerdos a fruta negra, tierra mojada y un eco mineral que persiste varios segundos.
Un tinto de autor y de parcela, serio y meditativo, con alma antigua y ejecución contemporánea.
Ideal para guarda.
Selección de uvas blancas autóctonas (normalmente Godello o mezcla, según añada).
Suelo: Franco-arenoso con presencia de mineralidad granítica.
Elaboración: Fermentación controlada y crianza sobre lías.
Amarillo pajizo brillante con reflejos dorados tenues. Limpio y glicérico, al verlo en botella y en copa.
En la fase olfativa, sobresalen los aromas de manzana madura, fruta de hueso (melocotón), cítricos, flores blancas y lías finas. Sutil carácter mineral y un ligero matiz anisado.
En boca deja toda su amplitud, sedosa y con un volumen marcado por el trabajo con lías. La acidez es precisa, sin aristas, y aporta vida al vino. Final elegante, con recuerdos a piel de limón, almendra fresca y granito mojado.
Un blanco expresivo, gastronómico y muy equilibrado, perfecto para maridar con cocina atlántica, mariscos, quesos suaves y pescados blancos.
Pazo La Cuesta demuestra que Galicia sigue siendo un territorio por descubrir cuando se trata de grandes vinos de autor. La bodega, con su apuesta por el viñedo antiguo, la identidad varietal y una viticultura respetuosa, está construyendo un relato sólido —vinos con carácter, honestidad y una conexión natural con su origen.
Batanero es el tinto fresco y moderno;
La Garnacha Tintorera Prefiloxérica es el alma profunda y patrimonial del proyecto;
La Pastoriza encarna la elegancia blanca atlántica de su entorno.