El mercado del vino estadounidense muestra signos de recuperación

En el primer semestre de 2024, Estados Unidos mostró una ligera recuperación en sus importaciones de vino, aumentando un 0,7% en volumen, alcanzando los 633,8 millones de litros, según datos de la aduana estadounidense analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv). Sin embargo, este crecimiento en volumen no se reflejó en el valor total de las compras, que disminuyó un 3%, situándose en 3.298 millones de dólares. El precio medio por litro también experimentó una reducción del 3,6%, alcanzando los 5,20 dólares por litro.

Este comportamiento contrasta con el año 2023, cuando las importaciones estadounidenses de vino sufrieron caídas significativas del 14,6% en volumen y del 8,6% en valor. En este nuevo periodo, la demanda de vino envasado y espumoso impulsó el crecimiento, con incrementos del 3,1% y 4,7% respectivamente, mientras que las importaciones de vino a granel y en formato bag-in-box experimentaron descensos del 4,9% y 0,9%.

El vino envasado dominó las importaciones estadounidenses con 438,6 millones de litros, seguido del vino a granel con 195,6 millones de litros y el vino espumoso con 85,6 millones de litros. El bag-in-box mantuvo un volumen estable en torno a los 4 millones de litros. A pesar del crecimiento en volumen, tanto el vino envasado como el espumoso vieron una disminución en su valor, con caídas del 4,2% y 13,9% respectivamente. En contraste, los precios del vino a granel y bag-in-box aumentaron más de un 10%.

En términos de valor, el vino envasado sigue siendo el líder del mercado, con transacciones que alcanzaron los 2.393,2 millones de dólares, una disminución del 1,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El vino espumoso ocupó el segundo lugar con 726 millones de dólares, aunque con una caída del 9,9%. El vino a granel y el bag-in-box, aunque con cifras más modestas, mostraron aumentos del 5,6% y 9,3% en valor, alcanzando los 166,7 millones y 12,2 millones de dólares respectivamente.

Estados Unidos importó vino de 66 proveedores diferentes en este periodo. Francia, aunque sufrió una caída del 10% en valor, se mantuvo como el principal proveedor con 1.131,6 millones de dólares, seguida de cerca por Italia, que aumentó sus ingresos un 5,6%, alcanzando los 1.113,4 millones de dólares. En volumen, Italia se consolidó como el principal proveedor al crecer un 4,5%, enviando 175,6 millones de litros a Estados Unidos. Canadá, con un crecimiento marginal del 0,4%, se ubicó en el segundo lugar con 114,7 millones de litros, destacándose por su suministro de vino a granel de bajo costo. Francia se situó en el tercer lugar con 87,2 millones de litros, a un precio medio que, aunque se redujo un 11,7%, sigue siendo significativamente superior al de otros países, con 12,97 dólares por litro.

La combinación de Francia e Italia representó el 68% del valor total de las importaciones de vino en Estados Unidos durante este periodo. Nueva Zelanda, que ocupaba el tercer lugar en términos de valor, experimentó una caída del 12,2%, registrando 300,7 millones de dólares. España, por otro lado, logró un modesto aumento del 1,8% en valor, alcanzando los 190 millones de dólares, y un leve incremento en volumen del 0,4%, con 23,6 millones de litros, a un precio medio de 5,82 dólares por litro, el tercer más alto entre los diez principales proveedores.

Australia, que ocupaba el sexto lugar en valor, sufrió una disminución del 9,6% hasta los 124,5 millones de dólares, y una caída significativa del 18,2% en volumen, con 63,5 millones de litros. Chile, por el contrario, mostró un crecimiento robusto del 11,8% en valor y un notable 23,5% en volumen, consolidándose como el séptimo proveedor con 42,7 millones de litros. Argentina mantuvo su posición con un aumento del 1,2% en valor, alcanzando los 107,3 millones de dólares, y un crecimiento del 2,6% en volumen, enviando 23,6 millones de litros a Estados Unidos.

Finalmente, las importaciones desde Alemania registraron una caída, mientras que Portugal mantuvo una estabilidad en sus exportaciones a Estados Unidos. Estos datos reflejan una recuperación parcial del mercado estadounidense de vino, aunque con importantes variaciones según el tipo de vino y el país de origen.