Victoria Wine y las damas del vino

A muchos les sorprenderá saber que la cadena de tiendas de venta de vinos al por me­nor se llamó, en Inglaterra, Victoria Wine.

Fundada en 1865 por William Winch Hughes, The Victoria Wine Co. fue una tienda pionera en el Londres de la época. Hasta entonces, el vino lo bebían principalmente las clases altas, pero Hughes creía que podía hacer su consumo popular y dirigirlo a las clases media y baja. Para ello, mantuvo los precios bajos importando su propio vino en lugar de recurrir a intermediarios, además en ese momento el Gobierno inglés redujo los impuestos a la importación de vinos lo que favoreció su comercio.

Su fundación coin­cide con el momento en que la reina Victoria estableció perso­nalmente, con gran originalidad, que las mujeres respetables podían ir a comprar vino sin tener que aguantar empujones y zarándeos en las grandes tiendas o almacenes.

Por ello, Hughes decidió que para trabajar en las tiendas al por menor Victoria Wine solo se emplearía a mujeres, aunque estaban su­jetas a unas severas normas, por las que debían llevar vestidos negros, peinados discretos y ninguna joya, excep­to el anillo de casada.

Estas damas no sólo dirigie­ron las tiendas de vinos desde el inicio de esta empresa, en el siglo XIX, sino que también trabajaban en las bodegas y almacenes; y tenían amplios conocimientos vinícolas.

Para los repartos al por menor usa­ban una carretilla de mano, y para las entregas de grandes can­tidades empleaban a hombres.

La cadena «Vic Wine», como se conoció familiarmente, fue una valiosa fuente de suministro para mucha gente, ya que además ofrecía servicio de entrega gratuita y garantizaba que sus productos eran de calidad y no estaban adulterados.

Hace unos años la compró una de las grandes empresas inglesas de comercio de vino y finalmente en el año 2010 acabó quebrando y cerrando sus puertas fruto de la crisis económica de ese año.

Lamentablemente, la mayoría de archi­vos de esta histórica empresa quedaron destruidos durante la II Guerra Mundial, pero el hecho de que las mujeres dirigieran las tiendas con tanto éxito nos indica que su sexo no fue un obs­táculo para sus actividades.