Dinastía Vivanco expone la muestra Retratos Golondrina

Las instantáneas, tomadas en la localidad riojana de Briones durante otoño de 2011 y 2012, se centran en los rostros de temporeros de la vendimia

Briones (La Rioja)

Jueves 31 de Octubre de 2013

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Santiago Vivanco, Director del Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco, y los artistas Abel Robino y Diego Pitalugga, han inaugurado hoy 30 de octubre, a las 19.00 horas, en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco (Carretera Nacional 232-Km 442. Briones, La Rioja) la exposición Retratos Golondrina. La muestra se podrá visitar gratuitamente hasta el 2 de marzo de 2014.

Se trata de una muestra en la que el artista argentino afincado en Francia, Abel Robino, ha querido dar visibilidad a la emigración temporal y repetitiva que cada año se produce en diferentes lugares del mundo y que está vinculada a la agricultura. De ahí el título, porque los temporeros, al igual que las aves migratorias, han de viajar en busca de otras latitudes, condicionados por las estaciones y las épocas de cosecha, para partir de nuevo, de tal modo que no se llega a producir integración ni arraigo. Estos retratos públicos de gente anónima, esconden una realidad de plena actualidad.

Quizá por ello las personas retratadas aparecen tras una especie de celosía que dificulta la visión, salvo en la mirada limpia que el autor ha respetado intencionadamente, y que fuerza a una reconstrucción por parte del observador. "La finalidad es que el público tarde en descubrir a la persona, al trabajador que está en la fotografía, porque nunca llegamos a conocer del todo al otro" señala Abel Robino. Quizá, si viajamos un poco más allá, los caminos que surcan estas imágenes de grandes dimensiones nos ayudan a "descubrir al otro en su cárcel propia". Quizá los mil caminos de las migraciones, y los de nuestra propia vida, se entrecruzan y surcan las huellas físicas y espirituales, tal y como reflejan la imágenes de Retratos Golondrina.

Briones, el terruño de nubes y cielo que inspira

Abel Robino siente una gran atracción por Briones, por la luz, por cómo las estaciones modelan el paisaje. Refresca sus recuerdos de lo que personalmente vivió de joven entre Bolivia, Chile y Argentina. "Entre este terruño de nubes y cielo hay una energía que me llama la atención. Me siento muy cómodo en Briones".

Las 18 obras que integran la exposición parten de una serie de fotografías realizadas por Diego Pittaluga, entre octubre 2011 y octubre 2012, en los viñedos de Bodegas Dinastía Vivanco en Briones. Tras un año de trabajo intenso, ahora ven la luz. "Siento que le debo algo a estas personas que aparecen en las fotos. Mi deuda trato de saldarla con la exposición. En el momento de tomar las fotografías junto con Diego Pitalugga no quise conocer su historia personal para no mediatizar el resultado final. Ahora, una vez concluido, me gustaría conocer más de ellos y de sus circunstancias" confiesa el artista.

Casi una veintena de obras integran esta exposición. Se trata de fotografías retocadas y recortadas en capas. La idea surge de la fusión de dos corrientes en la trayectoria de Abel Robino. De un lado, su experiencia en Pekín y

Shanghai, en un trabajo de intervención artística (técnica de destrucción) sobre libros y cuadernos que llamó "Hara-Kiri-Books", y que estaba destinado a la Exposición Universal de 2010. Esta obra se enmarcaba dentro de una serie más amplia denominada "Libros Predictivos". Por otro lado, su pasión por el graffiti, una disciplina en la que estuvo investigando durante el año 2012.

El proceso de trabajo, una vez impresas las imágenes en gran formato, continúa "dibujando con un cuchillo (cutter)". Cada plancha de fotografía tiene entre 5.000 y 8.000 cortes, y cada obra consta de cuatro planchas, por lo que para cada obra han sido necesarias más de 30.000 incisiones. "Me llegan a doler las manos, pero nunca me corto los dedos" reconoce Abel Robino, que dedica intensas jornadas a sus obras "a veces desde las 2 de la tarde, hasta las 4 de la mañana, ininterrumpidamente".

La curiosidad de tocar las obras

La muestra está compuesta por una pieza grande de 160 x 180 cm., sin enmarcar, para que los visitantes puedan ver el proceso de trabajo, puedan tocar y meter la mano en las hendiduras... Participan así de un boceto que desvela el proceso creativo.

A ella se suman cinco obras de 70x70 cm. también protagonizadas por los "trabajadores golondrina", aunque en este caso los rostros están definidos por la luz y agrupadas bajo el epígrafe "Los iluminados". Hay dos retratos en negro profundo para mostrar un contrapunto, con un fondo diferente, y un retrato doble en color y blanco y negro. Completa la selección una serie de grandes fotografías, primeros planos de 170x170 cm. que empequeñecen al observador, lo aniñan frente a su enorme tamaño. Es la llamada perspectiva del gigantismo que el autor ya ha explorado en otras ocasiones.

El también argentino Diego Pittaluga, fotógrafo y artista polifacético, con el que Robino lleva más de una década colaborando, fue el encargado de realizar las fotografías. Una fructífera relación artística en la que Pittaluga aporta el toque crítico y, tal como señala Abel Robino, "me comprende". Ellos, junto a otros artistas de diversas disciplinas (músicos, video creadores, pintores...) integran en París el colectivo TAC, Territorio Autónomo de Creación.

Un artista golondrina exiliado en París

Poeta y artista plástico, Abel Robino nació, en 1952, en la ciudad de Pergamino, la llamada "Perla del Norte", situada a poco más de doscientos kilómetros de Buenos Aires. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de La Plata y realizó el Máster en Artes Plásticas. Afincado en Francia desde que en 1982 hubo de exiliarse, se ha convertido en un artista de referencia a nivel internacional. "Me identifico mucho con la idea de golondrina, la de ir de lugar en lugar, buscando algo."

Entre sus obra lírica se encuentran títulos como Obsesión (1978), Las especies de la noche (l982), El estado de la quietud (1986), Hiel por hiel (1997) y Poemas (2004). Creador precoz, desde sus primeras obras la pintura y la poesía han ido de la mano. "Me inclino porque la poesía sea canto, como lo quiere la vieja tradición homérica, y porque todos los recursos y procedimientos empleados giren en función de poder pronunciar la palabra", señala. Sus obras artísticas han estado expuestas en diversos países de América, Europa y Asia, entre ellos: Argentina, Brasil, Cuba, Francia, Bélgica, Alemania, Suecia, China...

"Solamente sé quien soy en el momento en que estoy trabajando. La muerte llegará entre cuadro y cuadro, pero no mientras estás pintando. Lo único que vale es el momento de la creación."

Datos de la muestra

Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco 
Carretera Nacional 232-Km 442. 
Briones, La Rioja

Del 30 de octubre de 2013 al 2 de marzo de 2014. Entrada libre.

Martes a sábado de 10 a 20 horas
Domingo de 11 a 15 horas
Lunes cerrado
Más información
www.dinastiavivanco.com
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