La vendimia arranca en Binissalem marcada por el clima y la adaptación al cambio climático

Viernes 08 de Agosto de 2025

Los viticultores prevén buena calidad pero menor producción en algunas variedades tras un año de condiciones extremas

La vendimia ha comenzado esta semana en la Denominación de Origen Binissalem, situada en el centro de Mallorca. El inicio ha sido gradual, con la recolección de algunas parcelas de Prensal blanc, Shiraz y Chardonnay. Según las previsiones, a partir de la próxima semana los bodegueros de la zona empezarán a cortar uva de las variedades más tempranas y continuarán con el resto hasta principios de octubre. La fecha exacta de vendimia depende de cada finca, del tipo de uva y del estilo de vino que se quiere elaborar.

Durante estos días, los enólogos y técnicos de las bodegas controlan la calidad del fruto. No solo miden la concentración de azúcar, sino también la acidez y la maduración fenólica. El objetivo es ajustar el momento de la vendimia para obtener la calidad deseada en los vinos amparados por la DO Binissalem.

Las condiciones climáticas han marcado el desarrollo del viñedo este año. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, el invierno fue muy cálido y seco en Baleares, con temperaturas un grado por encima de la media y precipitaciones que apenas alcanzaron el 66% del valor habitual. Marzo resultó especialmente húmedo, con lluvias que duplicaron lo normal para ese mes. Abril mantuvo temperaturas elevadas pero fue muy seco, mientras que mayo fue cálido y húmedo. Estas condiciones durante la floración favorecieron la aparición de mildiu en algunas viñas, sobre todo en las variedades más sensibles como Prensal blanc. Este hongo puede afectar a la producción, aunque su impacto real no se conocerá hasta que termine la recolección.

En junio se registró el mes más cálido y seco desde 1961, con olas de calor tempranas que se prolongaron hasta julio. Sin embargo, a partir de la tercera semana de julio las temperaturas bajaron, lo que ha beneficiado el desarrollo óptimo del viñedo al aliviar el estrés hídrico y ralentizar la maduración del fruto. Este descenso térmico puede tener un efecto positivo en la calidad final de la uva. En los últimos días, las temperaturas se mantienen dentro de los valores normales para esta época del año y no han alcanzado los extremos registrados en otras zonas peninsulares.

El cambio climático está teniendo un impacto cada vez más visible en la comarca. Según el índice climático de Winkler, entre 2013 y 2024 se ha registrado un aumento del 11% en los grados-día acumulados en Binissalem. Además, el número de días con temperaturas máximas superiores a 35 grados ha pasado de 9 a 30, y las noches con mínimas por encima de 20 grados han aumentado de 20 a 40 días. Esta situación dificulta que las plantas se recuperen durante la noche e influye en la composición química del fruto.

En los últimos años se ha observado un adelanto progresivo en las fechas de inicio de vendimia. Por ejemplo, la variedad Giró Ros comienza su recolección una media de ocho días antes desde 2019 hasta 2024. Los viticultores ya aplican medidas para adaptarse a estas nuevas condiciones: sombreado en las viñas, aclareos, vendimias tempranas y promoción de variedades autóctonas más resistentes al calor. Entre ellas figura Escursac, recientemente autorizada por la DO Binissalem, junto a otras como Esperó de Gall, Giró negre y Fogoneu que están en proceso de revisión.

Aunque todavía es pronto para hacer una valoración definitiva sobre esta campaña, las previsiones apuntan a una buena calidad general pero con una posible reducción en la producción para algunas variedades concretas. Las próximas semanas serán determinantes. Los equipos técnicos ultiman los preparativos y siguen muy atentos a cómo evoluciona el viñedo mediante controles constantes sobre maduración y calidad del fruto para asegurar vinos con el sello propio de Binissalem.

El Consejo Regulador cuenta desde 2020 con un sistema digital para registrar las entradas de uva en las bodegas. Esta herramienta ha facilitado el trabajo tanto a los operadores como al propio Consejo Regulador al eliminar registros en papel, duplicidades y errores administrativos, además de ahorrar tiempo durante toda la campaña.

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