El vino y las uvas ayudan a prevenir la diabetes

Dos recientes estudios han demostrado que diversas sustancias contenidas en el vino y las uvas pueden ayudar en la prevención de la diabetes y enfermedades coronarias. Estudios previos ya realizados habían demostrado que la menor tasa de diabetes tipo 2 entre los bebedores moderados de vino se debe, sorprendentemente, a un estilo de vida más saludable.

Para uno de los estudios se utilizaron muestras de individuos de otro estudio previo realizado en Holanda en el cual se analizaron los datos de mas de 35000 personas con riesgo de desarrollar enfermedades del corazón (muy relacionadas con la diabetes de tipo 2) durante un periodo de 10 años.

Durante esos diez años de estudio se detectaron un total de 795 casos de diabetes de tipo 2, no obstante el equipo de investigación de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos, concluyó que la tasa más baja de la enfermedad entre los bebedores no podía ser explicada simplemente por una vida más sana.

Finalmente el informe resolvió que el vino, de alguna manera, contribuyó directamente a una menor incidencia de la enfermedad y en dicho informe se estableció, para sorpresa de muchos, una tasa del 40% de mayor riesgo de contraer la enfermedad entre las personas abstemias.

Si bien el estudio holandés no acaba de explicar por qué las bebidas alcohólicas pueden reducir el riesgo de diabetes, otro estudio realizado en la Universidad de Michigan sugiere que no puede ser el alcohol solo, y estima que comer uvas frescas modera la presión arterial alta y la resistencia a la insulina, dos de los principales factores que desencadenan las enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, ambas conocidas como el síndrome metabólico, que afecta a 50 millones de estadounidenses.

El estudio realizado por el equipo de Michigan descubrió que las ratas de laboratorio alimentadas con polvo de uvas de mesa mostraron niveles menores de azúcar en la sangre, una mejor tolerancia a la glucosa, menor inflamación arterial y daño oxidativo.

Las conclusiones extraídas de ambos estudios sugieren que dicho efecto es debido a fitoquímicos que se encuentran de forma natural en el vino y las uvas e incluyen taninos, antocianos y resveratrol.