Un capricho gastronómico para este otoño en Chinchón

Rita

Miércoles 24 de Septiembre de 2025

El cocido madrileño, los asados y los postres propios son emblemas de este icono gastronómico

En el corazón de Chinchón, un destino de incalculable valor gastronómico, se alza un monumento a la tradición culinaria española: el Restaurante-Museo "Mesón Cuevas del Vino". Más que un simple asador, este lugar es un compendio de historia, arte y sabor que celebra seis décadas de un legado que ha cambiado el panorama de la restauración en la región. Un auténtico refugio para los sentidos que, con la llegada del otoño, invita a saborear sus delicias en un ambiente que roza lo sublime.

Con la llegada del otoño, se suaviza la luz, el aire se vuelve más nítido y el apetito por los sabores profundos y reconfortantes se intensifica. Es el momento perfecto para un capricho gastronómico, para un viaje a la tradición que, en el corazón de Chinchón, tiene un nombre: Restaurante-Museo "Mesón Cuevas del Vino", un santuario culinario donde cada plato es un homenaje al legado y la pasión por las recetas de siempre.

El Alma de una Cocina con Historia

Aunque la normativa actual haya obligado a dejar atrás la tradición de criar sus propias aves y ganado, la esencia del Mesón permanece intacta. Su cocina es una oda a la tradición española, un rescate de recetas ancestrales elaboradas con las mejores materias primas.

La verdadera joya de la corona, y el reclamo perfecto para esta temporada, es el "Menú Degustación". Un recorrido sensorial que comienza con seis entrantes representativos de la Casa, para culminar con la elección de un plato principal que es puro arte: el cordero lechal o el cochinillo asado en el legendario horno de leña del Mesón. Un final dulce espera con una trilogía de postres en miniatura, un cierre perfecto para una experiencia memorable. Y para los amantes de la cuchara, una mención especial merece el Cocido Madrileño, del que muchos afirman, sin titubear, que es el mejor de España.

Un Recorrido por Sabores Inconfundibles

La carta del Mesón es un desfile de clásicos que reconfortan el paladar. Los entrantes son un festival de texturas y aromas, con el chorizo del Mesón a la brasa, el asadillo de pimientos con atún en aceite hecho en el Mesón, o las croquetas de ibérico. También se pueden degustar platos más singulares como las migas, el morteruelo o los "faroles". Para quienes buscan un bocado de nostalgia, la tortilla de patata "de lujo" es una parada obligada.

Aunque el pescado no sea su especialidad, los platos que ofrecen son de una exquisitez notable, como las gambas rojas al ajillo, las tortillitas de gambas, la lubina a la espalda con ajos finos de Chinchón o el bacalao a la andaluza con tomate casero, en el que mojar un buen trozo de su pan candeal al horno de leña, es el máximo placer.

Por supuesto, la fama del Mesón se cimenta en sus asados de cordero lechal y cochinillo, cocinados al horno de leña con una maestría inigualable. Pero la oferta va más allá, con guisos y carnes rojas a la parrilla, entre los que destacan la sopa del Mesón, las judías Chinchoneras, los callos al estilo de Chinchón o el rabo de toro. Una mención especial merece el lomo alto "Don Narciso", un tributo al visionario fundador del restaurante.

El Dulce Final y el Vino de la Tierra

El Mesón Cuevas del Vino se enorgullece de que todos sus postres son de elaboración propia, un detalle que habla de su compromiso con la tradición. No se puede dejar de probar la miel sobre hojuelas, la leche frita, la tarta de almendras y merengue o la grandiosa tarta de chocolate y avellanas.

Para maridar este festín, la oferta de vinos, aunque concisa, es de una calidad exquisita. El vino de la Casa, un joven de la tierra, se sirve de una forma tan pintoresca como ancestral: en pellejitos hechos a mano con piel de cabra, un gesto que encapsula el espíritu de este lugar único. Un capricho otoñal que, en cada detalle, honra la tradición culinaria española.

Más información: https://cuevasdelvino.com/

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