Jueves 05 de Octubre de 2023
El mercado vinícola en Estados Unidos ha experimentado un notable descenso en sus importaciones durante el primer semestre de 2023. Según un análisis llevado a cabo por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) basado en datos de la aduana estadounidense, el país ha disminuido sus compras de vino en un 8,9% en términos de volumen y un 2,6% en valor. Esto equivale a una adquisición de 630,7 millones de litros valorados por 3.404,5 millones de dólares.
Es interesante señalar que, pese a este declive, el precio medio del vino importado experimentó un aumento del 6,9%, situándose en los 5,40 dólares por litro, lo que supone una subida de 35 centavos respecto al semestre anterior. Una observación fundamental para contextualizar estos datos es que el primer semestre del año 2022 se había establecido un récord en importaciones. Por tanto, la caída se acentúa especialmente si se tiene en cuenta este dato previo.
Otro dato a destacar es que junio de 2023 fue especialmente difícil para el mercado del vino en Estados Unidos. Durante ese mes, las importaciones experimentaron un brusco descenso, llegando casi al 35%. Este decrecimiento fue notable en todas las categorías de vino. En contraste, durante el año 2022, las importaciones de vino en Estados Unidos crecieron aproximadamente un 3,5% en comparación con el año 2021.
A pesar de estas cifras, Estados Unidos sigue liderando a nivel mundial en términos de gasto en importación de vino. Sin embargo, ha sido superado por Alemania como el principal comprador en volumen. Para entenderlo, y dicho de manera simple, EE.UU. es el país que más paga por el vino mientras Alemania es el país que más vino bebe.
El desglose por categorías del vino importado muestra tendencias variadas. El vino envasado, por ejemplo, experimentó un incremento en su valor debido a un aumento de precio del 6,6%, alcanzando los 7,17$ por litro. En términos de volumen, se importaron 338,8 millones de litros, lo que representa una caída del 4,3%, pero en valor, se alcanzaron los 2.429,3 millones de dólares, con un incremento del 2%. Es decir, EE.UU. paga más por el vino envasado a pesar de comprar menos.
El vino espumoso, por su parte, mantiene su posición como el segundo vino más adquirido en términos de valor, alcanzando cerca de 806 millones de dólares, lo que supone un descenso del 8,6%. Sin embargo, el vino de granel, pese a ser adquirido en menor valor (158 millones de dólares, con un descenso del 27,7%), fue comprado en un volumen superior al espumoso. Se registraron importaciones de 205,8 millones de litros de granel, frente a los 82 millones de litros de espumoso. Esta disparidad se explica por la diferencia en los precios medios, siendo considerablemente más alto para el espumoso (9,83 USD/litro) en comparación con el granel (77 centavos por litro).
El vino en formato bag-in-box experimentó descensos tanto en volumen, un 9,7%, como en valor, un 14,4%. Esto se tradujo en 4,1 millones de litros y 11,2 millones de dólares, con un precio medio que descendió un 5,2%, quedando en 2,76 USD por litro.
Estados Unidos, en su continua apuesta por la variedad y calidad, ha importado vino desde 64 proveedores distintos alrededor del mundo. Sin embargo, el juego de poder ha mostrado ciertos cambios.
Italia, el país que más vino vende en Estados Unidos con diferencia, ha experimentado una reducción del 9,4% en sus exportaciones al país norteamericano, lo que se traduce en 168,4 millones de litros.
Canadá ha emergido con notoriedad como segundo país proveedor de vino, principalmente como suministrador de granel asequible, registrando un aumento de 114,4 millones de litros, un incremento del 14,7% con respecto al periodo anterior.
Francia, otro de los gigantes en este sector y tercer proveedor de vino en Estados Unidos, después de Italia y Canadá, ha observado una disminución del 10,2%, equivalente a 86 millones de litros.
Sin embargo, no todos los proveedores han seguido esta tendencia decreciente. Australia y Nueva Zelanda, cuarto y quinto proveedor en el mercado americano, han destacado al oponerse a esta tendencia global, con incrementos del 16,7% y 32,7% respectivamente. Por su parte, Chile, sexto proveedor en Estados Unidos, ha experimentado una considerable disminución, del 53%, descendiendo a la quinta posición con 34,6 millones de litros.
España, séptimo país proveedor, ha tenido un crecimiento modesto del 0,2%, alcanzando los 32,6 millones de litros, superando así a Argentina, que con una disminución del 41,6%, ha quedado relegada al octavo puesto con 21,8 millones.
Más allá del volumen, es esencial analizar el valor de las importaciones, ya que este factor proporciona una visión sobre la percepción de calidad y preferencia de los consumidores más realista que la cantidad de vino vendido.
En este sentido, Francia ha mantenido su liderazgo con unas ventas de cerca de 1.260 millones de dólares. Italia sigue en la segunda posición con 1.056 millones $. Es importante subrayar que estos dos países representan el 68% del valor total de vino importado en Estados Unidos durante el periodo estudiado.
Nueva Zelanda ha consolidado su tercer lugar con un valor cercano a los 343 millones de dólares, siendo el proveedor con mayor crecimiento en valor y volumen. España, rompiendo con la tendencia decreciente global, ha avanzado posiciones en cuanto a valor, logrando 187,5 millones de dólares y la cuarta posición.
Por otro lado, Canadá, a pesar de ser el segundo proveedor en volumen, se encuentra en el puesto 11 en términos de valor con apenas 35 millones de dólares. Esta disparidad se explica por el bajo precio medio de sus exportaciones, situado en 31 centavos por litro ya que casi todo lo que exporta es granel.
Francia, con un precio medio de 14,65 USD por litro, lidera esta categoría, seguida de Italia y Nueva Zelanda. España ha destacado en términos de valor medio, con un precio de 5,74 USD por litro, superior a la media del mercado estadounidense y notablemente mayor que países como Australia, Argentina, Chile, Portugal, Alemania o Sudáfrica.