Lunes 30 de Junio de 2025
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Las importaciones de vino en Estados Unidos han mostrado una evolución muy variable entre enero de 2020 y abril de 2025, según los datos de S&P Global analizados por Del Rey AWM en un informe publicado este lunes, 30 de junio. El mercado estadounidense, que es el principal comprador internacional de vino, ha experimentado cambios marcados tanto en valor como en volumen durante este periodo.
En 2020, la llegada de la pandemia de COVID-19 provocó una caída brusca en las importaciones. Tanto la cantidad de vino importado como el valor total descendieron de forma notable. Tras ese primer impacto, el mercado inició una recuperación intensa a partir del primer semestre de 2021. Sin embargo, esta mejora no fue constante y estuvo acompañada por variaciones mensuales importantes.
A mediados de 2022 comenzó una corrección fuerte en las cifras de importación. Los descensos continuados afectaron tanto al valor, medido en millones de dólares, como al volumen, medido en millones de litros. Este ajuste se relaciona con cambios en la demanda interna, problemas logísticos y la evolución de la inflación y los precios internacionales. Además, el exceso de existencias acumulado por importadores y distribuidores durante la recuperación inicial contribuyó a esta corrección.
En el tramo final analizado, que abarca finales de 2024 y comienzos de 2025, se observan signos de recuperación moderada. Esta mejoría parece estar impulsada por la previsión de nuevos aranceles y una cierta normalización del comercio internacional. Sin embargo, los valores actuales no alcanzan los máximos previos a la corrección iniciada en 2022.
Por países proveedores, Francia lidera el valor de las importaciones estadounidenses entre enero y abril de 2025. Las ventas francesas alcanzan los 984,9 millones de dólares, lo que supone un crecimiento interanual del 33,1%. Italia ocupa el segundo lugar con 798,4 millones y un aumento del 13,8%. España figura como cuarto país proveedor en valor con 128,1 millones y un crecimiento del 8,3%. Argentina mantiene sus cifras estables con una ligera variación positiva del 0,4%, mientras que Chile cae un 2,5%. En contraste, Nueva Zelanda y Australia sufren descensos del 18,7% y del 10,2% respectivamente.
El comportamiento del mercado no es igual para todos los países productores. Los vinos europeos ganan cuota en valor y volumen dentro del mercado estadounidense durante este periodo. Francia e Italia impulsan especialmente este crecimiento. Por otro lado, los países del hemisferio sur presentan resultados dispares: Nueva Zelanda aumenta su volumen exportado pero pierde valor debido a precios más bajos; Australia y Chile ven reducidas sus ventas tanto en valor como en volumen; Argentina se mantiene estable; Canadá pierde gran parte de sus ventas principalmente a granel.
Durante los primeros cuatro meses de 2025 se observa una recuperación clara tras la fuerte corrección sufrida durante gran parte de 2023 y parte de 2024. El crecimiento registrado entre noviembre del año pasado y marzo fue especialmente intenso en valor, con tasas interanuales de doble dígito. Sin embargo, este ritmo se ha moderado sensiblemente en abril: las importaciones crecieron solo un 3,2% en dólares y un 1,5% en litros respecto al mes anterior.
La evolución reciente muestra que el mercado responde más a una situación de consumo mantenida y a la necesidad de recuperar inventarios tras la fuerte reducción experimentada anteriormente. Las subidas moderadas en los precios medios y el mejor comportamiento de los vinos envasados frente a los graneles explican que el crecimiento sea mayor en valor que en volumen.
En términos interanuales hasta abril se han importado 12,4 millones de hectolitros (un aumento del 1%) por un valor total de 7.083 millones de dólares (un aumento del 7,2%). Los vinos espumosos crecen un 11,8% en valor y los vinos envasados no espumosos un 8,1%, mientras que los vinos a granel caen casi un 20% en volumen y un 27% en valor.
El análisis histórico permite comprobar que tras el parón provocado por la pandemia siguió una recuperación muy fuerte impulsada por vinos más caros. Posteriormente llegó la corrección debida al exceso de inventarios acumulados. Las subidas recientes pueden deberse tanto a la previsión de posibles aumentos arancelarios como a una mejora real del consumo interno.
Las cifras mensuales muestran que el mayor crecimiento se produjo en diciembre del año pasado (casi un 30% frente al mismo mes del año anterior). En los meses siguientes el ritmo se ha ido moderando: enero creció un 3,4%, febrero un 6,9%, marzo un 2,3% y abril solo un 1,5%. No se está comprando mucho más vino ahora mismo pero sí a precios algo más elevados porque aumenta la proporción comprada de vinos más caros (envasados frente a granel).
Los proveedores europeos son quienes más están aprovechando esta tendencia favorable para los vinos embotellados y para las ventas medidas en valor. Francia ha incrementado sus ventas al mercado norteamericano hasta alcanzar casi un tercio del total importado por Estados Unidos entre enero y abril. Italia consolida su liderazgo como primer proveedor por volumen con precios medios inferiores pero también con crecimientos importantes tanto en litros como en dólares.
España también mejora sus cifras tanto en valor como en volumen aunque sigue lejos aún del peso francés e italiano. Por su parte Nueva Zelanda vende más litros pero factura menos debido a precios sensiblemente inferiores; Australia pierde terreno tanto en litros como en dólares; Chile vende algo más pero factura menos; Argentina mantiene su posición sin grandes cambios; Canadá reduce notablemente sus envíos principalmente a granel.
Las declaraciones sobre posibles subidas arancelarias influyen claramente sobre las decisiones comerciales tanto de productores como importadores y distribuidores estadounidenses. Sin embargo también hay factores internos que explican parte del movimiento: el consumo interno se mantiene relativamente estable o incluso algo mejor que lo previsto hace solo unos meses y existe voluntad entre los operadores comerciales para mantener o incrementar inventarios después del fuerte ajuste vivido durante el segundo semestre del año pasado.
El seguimiento mensual indica que las importaciones siguen creciendo pero ya no tan rápido como antes. El impulso viene sobre todo por los vinos europeos embotellados mientras que los proveedores tradicionales del hemisferio sur pierden cuota o ven reducidos sus ingresos por menores precios medios o menor demanda relativa dentro del mercado estadounidense actual.
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