Martes 26 de Febrero de 2019
Regalar un vino por el que siempre te recordarán.
No es fácil hoy en día. Esto era fácil antaño cuando no había tantos vinos buenos y muy buenos como sucede al día de la fecha.
Tiene que ser un vino muy especial para que te recuerden toda la vida. O una ocasión muy especial que de alguna forma se relacione con el vino (*) o un vino de relumbrón que te deje la cartera vacía.
Yo siempre recordaré uno de los mejores vinos que me han regalado y en ese regalo-vino concurren varias circunstancias para hacerlo inolvidable:
- Me lo regaló uno de mis mejores amigos y era un gran reserva de esos a los que solo tienen acceso algunos privilegiados; él era el director de publicidad en aquel momento de la bodega más afamada del país. Una de esas bodegas capaces de cambiar los hábitos de consumo del vino de mesa en España, pasando del granel al embotellado.
- Otra circunstancia es puramente emotiva: era la comunión de mi hija mayor.
- Y la anécdota: mi tío el poeta –abstemio él- que le puso a su copa de aquel maravilloso gran reserva un chorro de gaseosa. ¿Y quién era el guapo que le iba a decir algo al poeta abstemio?
Pero hoy tenemos otros trucos, como el de la firma, para conseguir regalar un vino por el que siempre te recordarán.
https://soluciones.net/termometros-para-vinos
(*) en este caso siempre se recordará más la ocasión que el vino.