Expertos debaten el papel de la IA en el mundo del vino

El mundo del vino sigue explorando nuevas formas en las que la inteligencia artificial (IA) puede influir y mejorar la industria. En el primer evento de la serie ProWein Business Talks sobre la digitalización del vino, realizado el pasado 1 de octubre, varios expertos internacionales discutieron cómo la IA apoyará el "storytelling" del vino en el futuro, pero también expresaron cautela sobre su uso para 'probar' vinos y prever preferencias de los consumidores basándose únicamente en la composición química.

En este evento participaron Daniel Freund, director ejecutivo de la distribuidora alemana Weinkontor Freund, Antonio Graça, director de I+D de Sogrape en Portugal, y Paul Mabray, considerado un futurista en la industria del vino en Estados Unidos. Todos coincidieron en que, aunque la IA tiene un gran potencial, no es capaz de predecir con precisión si un consumidor disfrutará de un vino solo analizando su composición química.

Mabray fue claro al decir que sería una ciencia inexacta pensar que un motor de recomendaciones podría evaluar todos los factores externos e internos que influyen en la percepción de un vino. Desde el estado de ánimo del consumidor, hasta el contexto en que se bebe, como el tipo de comida, el ambiente o incluso el estado de salud de la persona, todos estos aspectos afectan la experiencia de una manera que no puede capturarse solo a través de los componentes químicos del vino. "Es pura ciencia basura asumir que se puede crear un motor de recomendaciones que permita a alguien determinar con exactitud si un vino es bueno o no", afirmó.

Graça añadió que las recomendaciones basadas en algoritmos deben diferenciar entre las determinísticas y las probabilísticas. Para él, es absurdo intentar basar las preferencias de un consumidor en la composición química del vino, ya que lo que influye son las emociones, recuerdos y experiencias personales del individuo. Aunque no se puede modelar esa complejidad, sí se puede utilizar la IA para filtrar entre la inmensa diversidad de vinos, ofreciendo opciones con una mayor probabilidad de satisfacer los gustos del consumidor.

Freund destacó que el verdadero valor de la IA para la industria del vino no radica en intentar "probar" los vinos, sino en mejorar la forma en que se cuenta la historia de cada vino. La digitalización permitirá que la información sobre el origen del vino, la historia de la bodega, y otros datos de interés sean más accesibles y atractivos para los consumidores. En el futuro, los consumidores podrán interactuar con herramientas digitales que, a través de un diálogo, les ayudarán a encontrar el vino adecuado, no basándose en su composición química, sino en la rica narrativa y el contexto detrás de cada botella.

Mabray subrayó que, aunque la digitalización es clave, no se trata solo de herramientas tecnológicas. Se requiere un cambio fundamental en la cultura corporativa, donde las empresas estén dispuestas a experimentar continuamente y aprender de los fracasos. En una industria que ha sido tradicionalmente reacia al riesgo, esta capacidad de aceptar el error es esencial para que la digitalización prospere.

Freund recordó también que, aunque la narrativa común sugiere que la IA reducirá la necesidad de intervención humana, el papel de las personas seguirá siendo decisivo en este proceso. Graça coincidió, subrayando que los avances en digitalización e IA deben beneficiar a todas las partes involucradas, desde los clientes hasta los empleados, pasando por los propietarios y la sociedad en su conjunto. Sin embargo, señaló que estos beneficios solo se verán si la industria del vino está dispuesta a adaptarse y desarrollarse con la tecnología, en lugar de resistirse a ella.

La serie ProWein Business Talks continuará a lo largo del año, con distintos paneles de expertos que ofrecerán su visión sobre las tendencias y avances en el comercio del vino y las bebidas espirituosas.