Bodegas Riojanas denuncia el “greenwashing”

El sector vitivinícola se encuentra en un momento de transición importante. Con el cambio climático alterando las condiciones tradicionales de cultivo, las bodegas de todo el mundo están buscando maneras de adaptarse y, al mismo tiempo, de minimizar su impacto ambiental. Bajo estas circunstancias son muchas las empresas, entre ellas bodegas, que hacen uso del denominado "greenwashing", una práctica poco ética que solo busca "lavar" la imagen de una compañía con acciones "verdes" que en realidad no lo son, es decir, en la que se ocultan o disfrazan acciones no sostenibles bajo una fachada ecológica para limpiar su actividad o simplemente quedar bien de cara a los consumidores.

Bajo este contexto, Bodegas Riojanas recientemente ha denunciado públicamente la práctica del "greenwashing" en la industria del vino y ha subrayado la necesidad de un compromiso real con la sostenibilidad.

En concreto, Eduardo Saínz Marotías, director general de Bodegas Riojanas, compartió en una entrevista con la revista Drinks Business que el cambio climático representa el desafío más significativo al que se enfrenta actualmente el sector. Los recientes cambios en las condiciones climáticas y el aumento de las temperaturas han tenido un impacto notable en el momento de la cosecha. Para mitigar esta situación, la bodega ha tomado medidas como trasladar parte de su producción a parcelas situadas en altitudes más elevadas y viñedos más frescos, así como explorar variedades de uva que puedan adaptarse mejor al entorno cambiante.

La búsqueda de soluciones sostenibles ha llevado a Bodegas Riojanas a obtener la certificación de sostenibilidad a través del programa Wineries for Climate Protection. Saínz Marotías explicó cómo recibieron el galardón en noviembre de 2022, seguido del sello Sustainable Wineries For Climate Protection (SWFCP), que se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y cómo la bodega observa criterios de sostenibilidad social, económica y de gobernanza, además de los criterios ambientales originales.

Entre los proyectos de sostenibilidad que ha emprendido la bodega se encuentra Sostevin, que busca aliviar los efectos del cambio climático en sus viñedos y vinos. Este esquema incluye la instalación de paneles solares, que han permitido autoabastecer el 45% del consumo total de energía utilizado en Cenicero a lo largo del año. Otro avance importante ha sido la decisión de la bodega de recompensar a sus viticultores con la inclusión de índices de sostenibilidad y calidad de la parcela en su factura de pago de uvas.

Es fundamental, según Saínz Marotías, destacar el trabajo en sostenibilidad que está realizando el productor y crear confianza en el consumidor de que no se está recurriendo al "greenwashing". La transparencia en la industria es demandada por los consumidores, y es necesario comunicar lo que es verdadero a través de las redes sociales y otros canales.

Bodegas Riojanas, fundada en 1890 pero con una historia familiar que data de 1799, precede la creación de la denominación de Rioja. Sus etiquetas de Rioja, Viña Albina y Monte Real, tienen décadas de historia. Además de su presencia en Rioja, la empresa gestiona cuatro fincas complementarias fuera de la región: Bodegas Viore en Rueda, Bodega Veiga Naúm en Rías Baixas, Bodegas Torreduero S.A. en Toro y la reciente adición de Bodegas Hacienda Miguel Sanz en Ribera del Duero.

Este enfoque hacia la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático es un claro indicador de cómo las bodegas pueden liderar en la protección del medio ambiente, garantizando al mismo tiempo la calidad y el legado de sus vinos. La industria vitivinícola, con empresas como Bodegas Riojanas a la vanguardia, se encuentra en un punto de inflexión, buscando el equilibrio entre la tradición y la innovación, la calidad y la responsabilidad ambiental.