El Prieto Picudo se llama Estay

El grupo formado por las bodegas Dominio de Tares, A Pazos de Lusco y Domino Dostares cambia la imagen (la botella) de uno de sus vinos con más alma bajo mi punto de vista y desde el cariño lo digo, ya que me entusiasman alguno de sus vinos.

Parece que fue ayer cuando nació este vino de esta peculiar variedad y ya han pasado diez años. En ésta década, el vino se ha mantenido en un "casi" estado puro tal y como cuenta su enólogo Rafael. Variedad en pleno esplendor sin más artificios ni disfraces. Las cepas centenarias confieren a este vino la fuerza y el carácter del terruño.

Y es que este varietal de prieto picudo se elabora con mimo ya en su recolección que se hace a mano y racimo a racimo. Levaduras propias y un sutil paso por barrica durante seis meses más otros seis meses de botella antes de salir al mercado, forman parte de la garantía inherente de lo que podemos denominar un buen vino.

Recomiendo abrirlo un rato antes de consumirlo para disfrutarlo en pleno apogeo. En copa su color nos muestra tonalidades de rubíes muy brillantes. En la nariz podemos apreciar frutos rojos y negros, con toques especiados, de tabaco mentolado y de raíz de regaliz. En boca es fresco al paso, persistencia media y final un tanto goloso.

Fantástico para copear o para acompañar un pollo asado el domingo a mediodía.