El Brexit y el vino español

La sociedad global del s XXI es cada vez más libre, más abierta, más participativa, dispone de más canales para serlo y tiene mayor peso específico en decidir cómo se gobierna.  Todo esto en crecimiento exponencial porque se debe al desarrollo tecnológico que crece de la misma forma.  Bien para la libertad y la democracia.  Es por eso ahora necesario mejorar en dos cuestiones a nivel global:  el déficit de estadistas y el déficit de formación.  Afortunadamente para los británicos, el populismo es decisivo de momento solo en cuestiones como su permanencia en la UE que tiene argumentos muy sólidos para el BREXIT.  Según los tabloides, la Reina de Inglaterra preguntó por tres razones para quedarse en la Unión Europea.  Modestamente, enumeremos tres consecuencias de facto de haber salido:

1º.- Alrededor de 900.000 pensionistas del Reino Unido disfrutan de España en su tercera edad durante su jubilación. El BREXIT les deja sin la magnífica cobertura sanitaria que aprovechan aquí tal y como es hoy (ver web del gobierno británico http://healthcareinspain.eu/es/tag/cobertura-sanitaria).

2º.- La legislación en cuestiones fundamentales como la cooperación en seguridad, o Gibraltar, ha avanzado notablemente en las últimas décadas atendiendo siempre de la mejor forma los intereses del Reino Unido porque son magníficos e implacables negociadores.  El BREXIT les hace volver al punto de partida (en el caso de Gibraltar a 1715 fecha del Tratado de Utrecht).

3º.- El Reino Unido importa alrededor de € 350 millones de vino español para servir la demanda de sus ciudadanos.  El BREXIT hace que soporten desde la madrugada de ayer una presión al alza en sus precios de compra, estimo, del 15%.

Hablemos de lo nuestro que es esto último; el vino español en el mercado global.

El Reino Unido es nuestro segundo cliente de vino por valor, pero más que eso, es nuestro principal cliente de vinos nobles hoy con denominación de origen protegida, desde siempre.  Este dato es esencial ya que como sabemos, es crónico el malestar que tenemos por no poder exportar mejor nuestros buenos vinos a su valor, para acercar el precio medio del vino exportado al de Francia e Italia.

El mercado inglés es en cuestión de vino, el más maduro del mundo, el de mayor competencia, el de consumidores y comerciantes más sofisticados, y el mejor escaparate global.  Pues bien, allí triunfamos desde hace 200 años, sin UE.  Para que valoremos adecuadamente la aportación inglesa al vino (sin haber tenido jamás viñedo apenas) tengamos presente que ellos inventaron los oportos, inventaron también hace 100 años nuestros excelsos generosos del Marco de Jerez y Lebrija, y por citar algo anterior, inventaron Burdeos al internacionalizarlo durante el reinado de Enrique II de Inglaterra que era también conde de Anjou y duque de Aquitania.

Ahora el Reino Unido tomará básicamente uno de tres caminos:  el modelo noruego, el modelo suizo o la independencia total.  En cualquiera de los tres escenarios nos denfenderemos bien y ya hoy progresamos con otros paises.

Creo que las primeras lecturas del BREXIT a efectos de nuestro vino deben ser:

Primero.- Es ahora cuando el mercado inglés está en agitación.  Es ahora, sin dilación, cuando las bodegas y los exportadores deben aprovechar para presentar sus ofertas que en cualquier caso deben ser innovadoras o competitivas, pero que hasta ahora tenían una entrada insalvable en un mercado tan maduro y dominado por big players (grandes grupos, bodegas o importadoras).  En definitiva, es ahora cuando merece la pena ir a Londres para presentar con innovación nuestro vino.  Por ejemplo, directamente en restaurantes españoles que son muy numerosos y de mucho éxito, o delis de productos españoles, o sherry-bars, para ofrecerles desde bodega, nuestros vinos (recordemos que la globalización hace la distancia irrelevante).  O por ejemplo, buscando nuevas importadoras que aprovecharán el cambio de escenario.

y Segundo.- Según dice el mismo Financial Times de hoy "el resultado es un rugido de rabia de todos los que se sienten alienados y dejados atrás por la globalización".  Muy cierto, ya hemos hablado otras veces de la brecha social que se está abriendo. A efectos del vino, la consideración es que existen fuerzas centrípetas tendentes a defender lo local tan fuertes como las centrífugas que nos empujan a la globalización.  Qué acertada es pues la estrategia de aquellas bodegas que entienden que el mercado doméstico es esencial y no miran prioritariamente al exterior.