Lunes 20 de Enero de 2025
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La ciudad de Estambul, la más grande de Turquía, se encuentra actualmente ante un problema grave relacionado con el consumo de alcohol adulterado con metanol, que ha dejado más de 90 personas hospitalizadas desde el inicio del año. Hasta la semana pasada, al menos 38 personas habían fallecido y 26 permanecían en unidades de cuidados intensivos debido a este brote, que las autoridades atribuyen al consumo de bebidas ilegales.
El gobernador de Estambul emitió un comunicado el 16 de enero anunciando medidas adicionales para combatir la venta de alcohol falsificado e ilegal. Entre las disposiciones más recientes se encuentra la obligatoriedad de que los establecimientos que venden alcohol instalen sistemas de cámaras de alta definición que graben las instalaciones las 24 horas del día. Estas grabaciones deben conservarse durante al menos 30 días. Los negocios que incumplan estas normas podrían perder sus licencias de apertura y operación.
La bebida que más se falsifica en Turquía es el raki, un licor con sabor a anís destilado generalmente a partir de orujo de uva. El uso de metanol, un alcohol altamente tóxico, como sustituto o adulterante en estas bebidas, representa un riesgo mortal para los consumidores.
Desde el inicio del año, 64 negocios han perdido sus licencias por vender alcohol falsificado o de contrabando, y las autoridades han incautado 29 toneladas de bebidas ilícitas. Además, la policía ha detenido a 15 sospechosos acusados de distribuir grandes cantidades de alcohol adulterado. Cuatro de ellos fueron arrestados bajo cargos de homicidio deliberado, mientras que los procedimientos legales para otros ocho están en curso. Tres más fueron liberados.
Este tipo de controles no es nuevo. En diciembre de 2024, las autoridades informaron que 77 personas habían sido envenenadas y 37 fallecieron en Estambul desde principios de noviembre. En ese mismo período, más de 1.000 establecimientos fueron inspeccionados, y se incautaron 287.758 litros de alcohol ilegal.
Algunos expertos sugieren que el problema del alcohol falsificado en Turquía se debe, en parte, a los altos impuestos sobre estas bebidas, que han aumentado considerablemente bajo el mandato del presidente Recep Tayyip Erdoğan. Desde 2010, el impuesto sobre el raki ha crecido un 2.500%, lo que ha llevado a muchas personas a buscar alternativas más económicas, aunque peligrosas, en el mercado negro.
Este problema no es exclusivo de Turquía. En Laos, a finales del año pasado, se registraron casos similares de intoxicación por alcohol contaminado que dejaron al menos seis turistas internacionales muertos, incluidos dos jóvenes de 19 años. El consumo de bebidas adulteradas con metanol es un problema que continúa cobrándose vidas, especialmente en circunstancias donde el acceso al alcohol regulado es limitado o prohibitivo.
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