Vinos Simbiosis, pureza en sus vinos artesanales de autor

Sale nuevamente a relucir el tema del relevo generacional en el campo, y no será esta la única y última vez que haga mención de ello. La falta de continuidad se hace cada día más patente principalmente en el viñedo más que en la propia elaboración del vino. Viticultores, en su mayoría de edad avanzada, dejan sus cultivos llegada la jubilación sin encontrar quien les sustituya produciéndose el abandono del campo. Sin embargo, en Vinos Simbiosis han apostado por ambos escenarios. Vicente López Soler y Bernardo Ortega Sarvisé, dos jóvenes amigos, compañeros de estudios de enología y ahora socios, han decidido tomar ese relevo generacional quedándose en su tierra para vivir del campo y sus frutos. Actualmente cultivan un total de 30 ha. de viñedo en propiedad en la población de Casas de Santa Cruz, recuperando viñas viejas en vaso de la variedad Airén y Bobal compaginando viñedos en espaldera con variedades como Syrah, Garnacha Tintorera y Cencibel.

Antes de iniciar este proyecto ambos ya se habían formado profesionalmente. Vicente ha trabajado en varias bodegas en ambos hemisferios alternado vendimias en Nueva Zelanda, con las de Napa Waley e Inglaterra. Bernardo ha trabajado en su tierra, en grandes bodegas manchegas, y en Rioja también. Con la experiencia adquirida decidieron emprender este singular proyecto para elaborar vinos artesanos de autor. Para ambos es el campo origen de todo, una labor que conocen bien. En sus viñedos practican una viticultura sostenible, de respeto a la viña con buenas prácticas que les aporten una uva de calidad para la elaboración de sus vinos artesanales en tinajas bajo velo de flor. Esta es su apuesta, una vuelta por elaborar vinos tradicionales sin renunciar a las técnicas actuales. Para ello, también tomaron el relevo generacional en la parte de la vinificación adquiriendo una pequeña bodega ante la jubilación de su anterior propietaria y los medios necesarios para arrancar sus producciones.

Actualmente cuentan con tres elaboraciones de vinos tranquilos en tinaja bajo velo de flor. Dos vinos tintos, uno de la variedad Syrah, Sape Syrah 2022, y otro de Bobal, Simbiosis Bobal Sincero 2022, ambos premiados con el primer y tercer premio respectivamente en la categoría de vinos tintos jóvenes en la XXX Edición del Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca, y un blanco de la variedad Airén.

Sape Syrah 2022 es un vino bajo IGP Tierra de Castilla muy varietal, complejo, de gran frescura, con aromas a fruta madura, ligeramente especiado y notas de regaliz. A su paso por boca destacan su gran sabor y concentración procedentes de la calidad de sus uvas de viñas viejas maduradas al sol de la Manchuela, su posterior método de elaboración en tinajas bajo velo de flor y su paso por madera de roble francés. Un vino sabroso, con cuerpo.

Simbiosis Bobal Sincero 2022 también bajo IGP Tierra de Castilla es también un vino con una esmerada y compleja elaboración. Una parte, en torno al 40 %, se elabora mediante maceración carbónica, el resto sigue métodos tradicionales en tinaja y otra parte, un 10%, en barrica. La unión conforma un vino complejo, con frescura, mucha fruta negra, aromas a canela y bollería. Amplio en boca, tanino pulido, y largo.

Además de los vinos premiados también elaboran un Brut Nature, un espumoso especial, un vino de "hermanamiento", señala Vicente, de tres regiones vitivinícolas a través de sus variedades; Cataluña con Xarel-lo, el País Vasco con Hondarrabi Zuri y La Mancha con la variedad Airén, y un vino amontillado de la variedad Airén, Flor de Airén, con crianza en botas jerezanas. Vinos todos ellos con elaboración artesanal, vinos de autor, de gran pureza, unos diferentes, otros que recuperan esa tradición en la zona por elaborar vinos en tinaja de la mano de dos jóvenes que han decidido quedarse en esta localidad de Cuenca, que han decidido tomar el relevo generacional.