EL FUTURO Y EL VINO

En este mundo global y tecnológicamente desbocado, nuestros parientes y vecinos de la Singularity University en Palo Alto avisan que...

Escrito por

Domingo 29 de Mayo de 2016

Compártelo

Leído › 2414 veces

En este mundo global y tecnológicamente desbocado, nuestros parientes y vecinos de la Singularity University en Palo Alto avisan que habrá mayores cambios en los próximos veinte años que los habidos en los últimos doscientos cincuenta.  Deben saber bien lo que dicen porque detrás de ellos están la NASA, Google o Apple que son colindantes suyos en Cupertino, y tienen ya disponibles cosas como el coche del futuro que viene en sus cajas sin volante ni pedales.  En una primera aproximación, estos avances podrían parecer perjudiciales para aquellos de nosotros que vivimos de conducir vehículos como coches, trenes, autobuses, metros o camionetas de reparto de vino, pero son justo lo contrario. Aunque eso sí, cada uno de nosotros debemos ir ajustando algunas cosas fundamentales en lo profesional y en lo personal.  Lo bonito del futuro en cualquier caso, es que es impredecible. Parece claro que del futuro no se podrá nunca venir para atrás porque si así fuese, estaríamos desbordados de visitantes del mañana en un país como el nuestro líder mundial en turismo y con rutas de enoturismo tan fantásticas que tienen ya más de dos millones de usuarios anuales contando solo a los contemporáneos.  Por tanto, no se puede afirmar hoy lo que existirá mañana, y las predicciones son siempre conjeturas con un carácter ameno. Pero conjeturemos y redondeemos las cifras antes enunciadas...

En los próximos 25 años, la Humanidad cambiará más que en los pasados 200.000 (redondeando esa cifra como la de antigüedad de nuestra especie), se planteará cuestiones éticas más complicadas y esenciales para su supervivencia que aquellas que atendimos a escala planetaria hace 2.500 años, y prosperaremos más que en los últimos 250 años tras la Revolución Industrial. 

En 1990 se puso en marcha el Proyecto Genoma Humano para secuenciar nuestro mapa genético y tras 13 años de trabajo, el genoma humano era conocido en su totalidad. Parece pertinente preguntarse cuánto tardaremos en conocer completamente los componentes de cada vino en su proporción exacta.  De todos ellos, en cada momento de su evolución. Sin entrar en tecnicismos, en el genoma humano se secuenciaron hasta 28.000 piezas y el vino tiene unos 1.000 constituyentes, todos los cuales son conocidos, nobles y disponibles. Toda la información de nuestro genoma ocupa 3GB y por tanto, podríamos llevar en un simple pendrive de uso corriente toda la información esencial de 42 seres humanos como nosotros. ¿De cuántos vinos podríamos llevarla?  En cuanto al coste económico, en efecto, el Proyecto Genoma Humano costó $ 1.000 millones y terminó tras 13 años, pero hoy ya se secuencia en 5 días por $ 1.000, y dentro de unos años se hará de forma inmediata por $10.

¿Cuánto tiempo tardaremos pues en tener un vinificador en casa para hacer vino sintético?  Menos de 25 años, de 25 añadas. Y ciertamente, ni será vino ni estará vivo. Será siempre un brebaje inerte sin capacidad de inspirarnos y hacernos mejores personas, como hace el buen vino.

Un artículo de CODIPRAL
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 2414 veces