El cava extremeño cruza el charco y penetra en el mercado de EEUU

Este producto fue inscrito en la denominación de origen cava en 1983

Almendralejo (Badajoz)

Lunes 17 de Septiembre de 2012

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El cava extremeño entra en el mercado de Estados Unidos, uno de los principales consumidores de este producto, ya que su población adquiere hasta 30 millones de botellas al año y donde, dicen, "el cava está de moda".

Así, al menos lo piensa uno de los creadores del cava en Almendralejo, único municipio extremeño donde se elabora, Aniceto Mesías, que junto a Marcelino Díaz y Pablo Juárez, enólogos y empresarios, se juntaron allá por la década de los 80 y decidieron elaborar el primer cava extremeño, con uva extremeña y producido en las bodegas locales.

Este producto fue inscrito en la denominación de origen cava en 1983, como cava "Vía de la Plata", pero más tarde daría paso a distintos cavas, como el Bonaval, una vez que las carreras empresariales de cada uno de ellos se separó, según recuerda Mesías.

Antes de esta inscripción se vieron obligados a pleitear, para finalmente ganar en los tribunales, lo que les permite seguir llevando el nombre de cava, a pesar de no ser territorio catalán y de producirse en una tierra tan alejada y tan distinta climatológicamente.

Las bodegas crecieron y ahora ya son cuatro las que elaboran en Almendralejo cava: "Vía de la Plata", "Romale", "Bonaval" y "Marcelino Díaz".

Ahora, con el cava extremeño cada vez más apreciado en otros países, ya se vende en lugares como Alemania o Bélgica, intenta hacerse un hueco en Estados Unidos, donde hay un consumidor acostumbrado a pagar el precio de un cava artesanal.

El primero que lo ha conseguido ha sido Bodegas Romale, la última que ha sacado cava extremeño al mercado, que este año ha mandado su primer pedido a Estados Unidos, gracias al que también están logrando introducir sus otros vinos, según ha explicado su propietario Diego Nieto.

En su opinión, "el cava extremeño se está convirtiendo en el buque insignia de los vinos de la tierra", como ha sucedido en Estados Unidos, donde su cava le ha abierto las puertas a los vinos crianzas y reservas.

No en vano en Extremadura ya hay 200 hectáreas de viñedo para producción de cava.

Mientras las bodegas "Vía de la Plata" lo está intentando y si logra entrar en América, Aniceto Mesías cree que se podría cumplir uno de los sueños de su empresa, "duplicar la producción".

A pesar de ello, el cava extremeño sigue vendiendo la mayor parte de su producción, casi el 90 por ciento, en el mercado nacional, sobre todo, en la zona norte, País Vasco, Cantabria o Galicia, además de Madrid y, por supuesto, en Extremadura.

Fundamentalmente tiene su mejor clientela entre los restaurantes de cierto nivel, según Mesías, ya que el cava extremeño está elaborado de forma artesanal, "y es la apuesta por la calidad, por el cava artesanal y por el cuidado en su elaboración" lo que ha hecho que se haya hecho un hueco en el mercado nacional compitiendo con Cataluña.

En su opinión, la única salida para los empresarios es la búsqueda de la calidad, "de la excelencia", lo que le haga diferente a los demás y que sea más apreciado por el público, aunque para ello haya que vender el producto más caro.

Mesías cree que no sería posible competir con el cava de Cataluña, donde sólo dos empresas producen millones de botellas y la mayor parte de la producción nacional, a un precio tan bajo con los que no se pueden obtener beneficios con producciones escasas.

Por ello, antes de entrar en esa guerra de precios, en la que es imposible competir con grandes empresas, donde el margen de beneficio puede ser muy pequeño ante tamaña producción, cree que lo importante es buscar la calidad.

A su juicio, es ahí donde las empresas de cava artesanal están encontrando su hueco en el mercado y pueden sobrevivir "con mucha dignidad", porque el cava es un "producto selecto, de calidad y con cierto glamour".

Por ello, Aniceto Mesías tiene claro que el que degusta cava tiene que apreciar lo que está bebiendo y disfrutar con la copa que tiene entre sus dedos, aunque para ello haya tenido que pagar un euro o dos más.

Sin embargo, en el extranjero, donde saben apreciar el cava artesanal, el extremeño sale casi por la mitad de precio que el artesano catalán, ha explicado.

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