Sirven un vino de 2 euros al Principe Felipe en su visita oficial a Portugal

Don Felipe y doña Letizia llegaron el miércoles a Portugal bajo una gran expectación.

El primer día arrancó con las obligadas visitas al monasterio de los Jerónimos, al palacio de Belém y al palacio de Sao Bento.

Tras una jornada llena de actos y fotografías, el día terminó en el palacio de Palhavá, sede de la embajada española donde los Príncipes pudieron reunirse con parte de la colonia española.

Tras un breve discurso de diez minutos, don Felipe y doña Letizia fueron acercándose por separado a los diferentes corrillos que se habían formado, momento que aprovecharon los invitados para probar el catering que se había preparado.

Ni jamón, ni tortilla, ni vino español

Pese a tratarse de una visita de altura, quizás una de las más importantes que puede recibir una representación española en el extranjero, el embajador eligió dar ejemplo y ofrecer un ágape de lo más austero. Ni jamón, ni tortilla, ni vino español.

Sobre sus bandejas, los camareros llevaban zumos, refrescos, cervezas y vinos portugueses de segunda clase, como por ejemplo Quinta Do Cabriz, un vino que puede adquirirse por dos euros en el supermercado.

En cuanto a la comida, los allí presentes comentan que hubo poca variedad y que fueron sobre todo bocados muy poco elaborados: rollitos de queso y jamón, crepes con queso, rollitos de carne o tristes canapés de pan tumaca sin jamón.

La rica gastronomía española apenas se degustó en la embajada; contrariamente a la portuguesa que estuvo representada, además de por los vinos lusos, por los célebres pasteles de nata.

Esta austeridad española choca con el festín que ofreció Cavaco Silva en el almuerzo que organizó en el palacio de Belém ese mismo día. En el menú que los Príncipes degustaron contenía manjares lusos como almejas, lomos de mero con espinacas o un oporto de veinte años de 570 euros la botella.