Viticultores nórdicos llegan a Bizkaia en busca del secreto del Txakoli

La bodega experimental que la Diputación tiene en la estación de fruticultura de Zalla se presentó como un marco inmejorable para el estreno.

Los ritos del cultivo de la bebida y, sobre todo, su sabor, aroma y cuerpo ya no son un secreto a orillas del Báltico.

"Nunca había probado este vino pero tiene algo familiar, muy familiar", elucubraba Anneli, una de los 36 turistas procedentes de Finlandia.

En una mano sujetaba una copa en la que paladeaba el caldo, en la otra desgranaba una semilla, deformación profesional tras toda una vida trabajando el campo.

"La vid puede cultivarse hasta a veinte grados bajo cero, en algunos sitios de Finlandia aguantaría. El problema es que los ciclos no darían tiempo a que la uva madure -el invierno se puede alargar hasta seis meses-", explicaba Manu Lauzirika, jefe del servicio de hortofruticultura del Departamento foral de Agricultura.

"De momento, tendrán que seguir comprándolo en el sur de Europa", bromeó el anfitrión ante la atenta mirada de los visitantes.

China

El acercamiento de la delegación finlandesa al txakoli no es el primer intento para internacionalizar su venta en las últimas semanas.

Ni siquiera la apuesta más lejana. Un grupo de empresarios chinos visitó Bilbao el pasado 31 de marzo para calibrar las posibilidades de éxito que algunos productos vascos tendrían en el mercado asiático del lujo.

Ya hay empresas que compran 13.000 botellas de vino mensuales y se espera que el mercado de caldos crezca en el gigante asiático un 87% en tres años. "Queremos estar allí como sea", explican desde una bodega vizcaína. Llegar a los países nórdicos también puede ser una vía de escape en plena crisis.