Ingredientes para un viñedo ecológico

La fertilización orgánica y el control natural de plagas, garantías de un vino natural

Hablar de vino ecológico es hablar de un producto derivado de la viticultura ecológica, en cuyo modelo de producción premian los valores de conservación del medio ambiente y el cuidado de la salud. Todo este cariño por la tierra se traslada a unos vinos que se diferencian del resto justo en los puntos más importantes: en los pequeños detalles.

Hasta aquí todo en orden, pero poca gente conoce los esfuerzos que los viticultores tienen que realizar para que su cultivo ecológico se mantenga y que sus vinos superen los exhaustivos controles de calidad que fija la Unión Europea.

El punto principal de toda viña ecológica está claro: se prohíbe el uso de plaguicidas y fertilizantes de origen químico. Para salvar esta ausencia, los viticultores tienen que basar su estrategia en una fertilización orgánica para que la tierra se regenere y sea fértil; y en elcontrol natural de plagas y enfermedades. Para facilitar estos dos puntos y sacar el máximo potencial a un viñedo ecológico es imprescindible fomentar la diversidad biológica en especies animales y vegetales.

Entre las técnicas más importantes para introducir biodiversidad en el viñedo ecológico está la introducción de cubiertas vegetales, setos y corredores verdes. La implantación de cubiertas vegetales consiste en sembrar en las calles alguna especie cultivable (como veza o altramuces) o dejar crecer la vegetación natural. Castell d’Age es un buen ejemplo de ello, ya que utilizan cubiertas vegetales durante el invierno y minimizan el trabajo mecánico del suelo, para así evitar la erosión y la desestructuración de éste.

Para mantener la fertilidad y favorecer la agricultura ecológica son fundamentales los “preparados biodinámicos”, como puede ser un cuerno de vaca relleno de abono del animal, que se entierra a finales de septiembre y se desentierra en el solsticio de primavera y cuyo fin es conseguir bacterias naturales en la tierra. Otros tipos de estiércoles naturales de ganado también son muy utilizados, como el de ovejas, caballos o gallinas.

Con esta finalidad también se usan otros tipos de preparados a base de cuarzo molido (sílice) o plantas como la manzanilla, milenrama u ortiga. Son muy habituales los de origen vegetal procedente de residuos del propio cultivo, como orujos o sarmientos triturados.

La capacidad de las vides para hacer frente a plagas y enfermedades va a depender en gran medida de la nutrición y el ambiente en el viñedo; por eso es fundamental mantener un suelo fértil, vivo y bien estructurado.

El mimo tan especial que necesita la agricultura ecológica se acentúa en el control de plagas, donde fauna y flora deben convivir en perfecta armonía. Para el control de la vegetación natural (“malas hierbas”) se suelen utilizar medios mecánicos, realizando escardas de forma manual o mecanizada con aperos específicos.

Todo buen viticultor ecológico busca crear un sistema perfecto de vida. Ejemplo de ello es Finca Las Caraballas, donde las aves rapaces y no los insecticidas colaboran en la prevención de plagas de insectos y topillos.

Otro ejemplo remarcable es el de Ton Rimbau, que posee en su terreno toda una colonia de arañas tigre como plaguicidas naturales. Cada una de ellas es como si fuera de la familia, ya que Rimbau llega a apartar las arañas con una rama de árbol cuando tiene que pasar con el tractor.

Esperamos que este pequeño viaje al interior del viñedo ecológico te haya gustado, y recuerda, cuando compres vino ecológico estás comprando algo más que vino.

Artículo escrito por Adrián Guareño (@guareOW) en http://www.organicwine.co/es/blog/ (@OWB2B)