Descubre las 4 características esenciales de las Bodegas de Jerez de la Frontera

A pesar de que en Jerez de la Frontera se han perdido gran cantidad de las históricas bodegas que se encontraban dentro de la antigua muralla de la ciudad, adosadas a ellas o repartidas por el extrarradio, las que aún conserva poseen cualidades excepcionales que las hacen únicas en su denominación de origen, compartiendo dichas características con las de otras localidades como por ejemplo El Puerto de Santa María o las de la Denominación de Origen Manzanilla en la localidad de Sanlúcar de Barrameda.

Antes de hablar de las principales señas de identidad y funciones de las bodegas de Jerez, recomiendo a todos los lectores el estudio que sobre este tema hace el Doctor en Historia del Arte Fernando Aroca Vicenti en su libro "De la ciudad de Dios a la cuidad de Baco. La arquitectura y urbanismo del vino de Jerez (siglos XVIII-XX)". Un amplio análisis de la evolución de la arquitectura bodeguera que desde el siglo XVIII hasta el XX tiene lugar en Jerez de la Frontera, fruto del amplio desarrollo de la industria y comercio bodeguero, y que supuso uno de los principales motores económicos de la ciudad en esa época.

Sin duda, resulta un volumen ideal para todas aquellas personas que quieran acercarse a la arquitectura bodeguera industrial del Marco de Jerez, desde un punto de vista más técnico y profundo.

1. Suelo de albero

En la mayoría de las bodegas de Jerez, el suelo está cubierto con tierra de albero, una arena fina y porosa de color anaranjado. Al ser regado con agua, esta arena mantiene la refrigeración y regula la temperatura y humedad del interior de las bodegas, donde se almacenan las botas de vino.

2. Diseño funcional de los muros

Los gruesos muros de las bodegas tienen más de 60 cm de espesor para ofrecer aislamiento térmico y estabilidad a las botas de vino. Las ventanas, estratégicamente ubicadas en el tercio superior de las paredes, siguen patrones simétricos y repetitivos. En verano, se protegen del calor con pantallas vegetales de esparto, mientras que en invierno, las fachadas revestidas de cal absorben la radiación solar, manteniendo el interior cálido.

3. Altura monumental

Algunas bodegas jerezanas se elevan hasta 15 metros de altura, creando un espacio voluminoso que cumple varias funciones cruciales. Actúa como cámara aislante, regula la temperatura y la humedad, facilita la ventilación y permite que el calor ascienda, creando corrientes de aire dinámicas. Los arcos de la estructura de la cubierta están diseñados para permitir la entrada de brisa y promover la circulación del aire.

3. Penumbra y control lumínico

La penumbra uniforme en las bodegas es esencial para mantener una temperatura constante y para el reposo adecuado del vino. Las altas ventanas y las esteras de esparto proporcionan una luz diagonal difusa y homogénea, mientras que las esteras actúan como filtros de aire, impidiendo la entrada de polvo e insectos no deseados.

4. Ubicación estratégica y orientación

Las bodegas de Jerez están estratégicamente ubicadas para aprovechar las suaves corrientes de aire del Atlántico. La orientación de estas bodegas, en su mayoría siguiendo el eje noroeste-sureste, permite la entrada controlada de humedad, esencial para el desarrollo de la levadura para los vinos de crianza biológica. Además, esta disposición minimiza la exposición directa al sol, garantizando condiciones óptimas para la crianza del vino.

Tal y como hemos visto, las Bodegas de Jerez poseen cualidades excepcionales que las hacen únicas en el mundo, siendo un fiel reflejo de la combinación arquitectónica ideal entre la tradición, el diseño funcional y el cuidado ambiental, pensando siempre en la creación de aquellas condiciones ambientales más idóneas para el envejecimiento y crianza de los excepcionales y delicados vinos de Jerez.