Familia Conesa – Pago Guijoso, el “terroir” hecho vino

Situada en una de las mejores fincas de Europa y perteneciente a una saga de agricultores de segunda generación, la...

Jueves 12 de Noviembre de 2020

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Situada en una de las mejores fincas de Europa y perteneciente a una saga de agricultores de segunda generación, la bodega Familia Conesa-Pago Guijoso cuenta con la denominación de origen Vino de Pago, el mayor reconocimiento a la calidad y a la singularidad que existe en España en materia vinícola y que solo poseen 18 bodegas

Su ubicación entre dos parques naturales, sus 1.100 metros de altitud, que favorecen un clima extremo, y sus suelos de guijarro otorgan complejidad y frescura a sus vinos, todos ecológicos y de extraordinaria relación calidad-precio

La finca se extiende a lo largo de 2.000 hectáreas y engloba diferentes cultivos –incluyendo el viñedo, diseñado por el gurú de la viticultura Richard Smart– y una cabaña ganadera ovina de la que proceden los quesos Hacienda Guijoso, con D.O. Queso Manchego y curados sobre madera de sabina.

La finca: ejemplo de biodiversidad

Ubicada en la histórica comarca del Campo de Montiel (Albacete), a unos 17 kilómetros de la localidad de El Bonillo, El Guijoso está reconocida como una de las mejores fincas de Europa en cuanto a conservación de la biodiversidad. En sus pedregosas tierras, por las que discurre un río, cohabitan numerosas especies animales (conejos, liebres, perdices, ciervos, jabalís y algunas protegidas como la avutarda, el águila imperial o el lince ibérico) y crecen de forma natural romero, tomillo, lavanda, pinos, encinas, enebros y uno de los sabinares más valiosos de la Península, con ejemplares de hasta 2.000 años. Actualmente alberga además una importantísima explotación agrícola y ganadera que dedica 1.400 de sus 2.000 hectáreas a diferentes cultivos (hortalizas, árboles frutales, etc.), todos ellos con certificación ecológica, incluido el viñedo.

Los orígenes del proyecto

En 1983, el célebre arquitecto onubense Eleuterio Población, entonces dueño de la finca, planta en El Guijoso las primeras cepas de Tempranillo y Cabernet Sauvignon: se trata del primer viñedo de la zona y de una de las primeras viñas en espaldera de España. A lo largo de tres décadas se producen y comercializan vinos a pequeña escala, hasta que en 2013 la propiedad es adquirida por Antonio Conesa, agricultor de origen murciano que, junto a su padre y sus dos hermanos, es responsable de una de las empresas más potentes y especializadas del sector agrícola. Gran apasionado del mundo vino y de carácter visionario, Conesa invierte en estas tierras un 120 % del valor de su compra y decide apostar fuerte por la viticultura: dota a la bodega y al viñedo de las más modernas tecnologías y se rodea del mejor equipo posible para extraer todo el potencial a un terruño único en nuestro país, que cuenta con la denominación de origen Vino de Pago, el máximo reconocimiento a la calidad y singularidad que otorga la legislación española en materia vinícola y que solo poseen otras 17 bodegas.

Características y diseño del viñedo

Las 122 hectáreas de viñedo de Familia Conesa-Pago Guijoso se encuentran en una altiplanicie situada a 1.100 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en uno de los viñedos más elevados de España. Su altitud, junto a su ubicación estratégica entre dos parques naturales –las lagunas de Ruidera y la sierra de Alcaraz–, propicia un microclima diferente al del entorno: de tipo continental, con fuertes contrastes de temperaturas entre el día y la noche y las cuatro estaciones del año bien marcadas. Esta climatología extremafavorece la maduración lenta de la uva, que se recoge entre 60 y 80 días después del envero, y hace que el vino resultante tenga más carga de polifenoles y, en consecuencia, mayor riqueza de matices. Por su parte, el suelo de guijarros –que dan nombre al pago, Guijoso– aporta mineralidad y contribuye al confort térmico de la planta desde su raíz.

El viñedo está diseñado por el australiano Richard Smart, gran gurú de la viticultura mundial, y dividido en subparcelas que se trabajan de forma ecológica y se controlan al milímetro gracias a dos estaciones meteorológicas propias que envían datos a tiempo real. Las variedades plantadas son las blancas Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viogner y las tintas Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Tempranillo, Garnacha y Petit Verdot –todas perfectamente adaptadas al entorno– y existe una pequeña extensión de viñedo experimental con varietales como Zinfandel, Trincadeira, Tannat, Montepulciano, etc.

Equipamiento y equipo

En Familia Conesa-Pago Guijoso son conscientes de que para hacer un buen vino no basta con tener un terruño excepcional; además, hay que saber entenderlo y, sobre todo, trabajarlo y, para ello, el equipo humano es fundamental. Este está liderado por Pedro Carrascosa, director general de la bodega y viticultor por tradición familiar que cuenta con formación en ingeniería agrícola y enología, una dilatada carrera en diferentes bodegas de la talla de CVNE y una interesante experiencia vital que le llevó a ser cazador profesional en África durante cinco años. «En bodega –explica– conjugamos las más modernas tecnologías con una labor absolutamente artesanal» y se apuesta por el batonnage (crianza sobre lías) en el caso de los vinos blancos y por crianzas mínimas de seis meses en el de los tintos.

La bodega se encuentra en un edificio de estilo entre manchego y andaluz que data de 1987 y que está ubicado a menos de 20 minutos de cualquier punto del viñedo para que la uva sufra lo menos posible en vendimia. Dispone de dos salas de envejecimiento, una de ellas en una cueva subterránea, de un parque de 516 barricas (500 de roble francés y 16 de americano), de dos depósitos ovoides para la oxigenación y microxigenación del vino y de seis tinajas de barro del año 1840 que han sido adaptadas con acero inoxidable y que se utilizan para afinar determinados vinos.

La gama de vinos

Bajo el paraguas de Familia Conesa-Pago Guijoso se elaboran las marcas La Doncella, El Beso y La Sabina, que engloban, entre las tres, siete vinos tintos, un rosado y dos blancos. Desde finales de 2020 comercializan también el espumoso A. Conesa 58, un Brut Nature Blanc de Blancs. Todos ellos tienen certificación de orgánicos y responden al concepto de vino de terroir: son vinos sinceros, con la frescura y complejidad de la singular tierra en que nacen y en los que se sienten las noches frías, la vegetación del entorno y las nieves que en invierno sanan la planta de manera natural. Actualmente, la bodega tiene capacidad para producir 250.000 botellas al año, de las cuales un 60 % se exporta a 18 países de todo el mundo, y la atractiva imagen de sus etiquetas ha sido ideada por el prestigioso diseñador Eduardo del Fraile, especialista en crear productos con gran carga emocional.

La Sabina. Complejidad aromática

Bautizada así en honor al sabinar de El Bonillo, uno de los más importantes de la península ibérica, con ejemplares de hasta 2.000 años –uno de los cuales se encuentra situado frente a la zona social de la bodega–, esta gama comprende los vinos más complejos y con mayor tiempo tanto en barrica como en bodega de Familia Conesa-Pago Guijoso. Comprende cuatro tintos monovarietales: uno de Tempranillo (12 meses en barrica), uno de Merlot (12 meses en barrica), uno de Cabernet Sauvignon Gran Reserva (22 meses en barrica) y otro de Syrah (11 meses en barrica).

El beso. Vinos de autor

El Beso, una alusión a la pasión, la dedicación y la fuerza que hacen falta poner para elaborar un buen vino, es el nombre de los dos vinos de autor de la bodega. La colección incluye un blanco y un tinto que cada año responde al capricho de su creador, por lo que pueden ser desde un monovarietal procedente de una añada excelente hasta un coupage de diferentes variedades e, incluso, añadas. Ahora se encuentran en el mercado un 100 % Chardonnay fermentado en barrica y un plurivarietal de uvas tintas.

La Doncella, una gama para todos los momentos

El nombre de esta marca hace referencia a una antigua leyenda sobre las viñas de Pago Guijoso. Se dice que cuando las cepas eran jóvenes, una chica solía pasearse cada tarde entre ellas para ver caer el sol. Nadie la vio de cerca, pero todos coincidían en que era una doncella vestida con adornos de flores que cantaba versos de amor y que ese cariño y esa ternura fueron transmitidos a las plantas de las que brotan estos vinos. Ideal para disfrutar en cualquier momento y situación y de extraordinaria relación calidad-precio, la gama incluye cuatro referencias: La Doncella Tempranillo, La Doncella Roble, La Doncella Rosado –con múltiples premios a su calidad– y La Doncella Chardonnay, cuya última añada (2019) ha sido catalogada como uno de los diez mejores Chardonnay del mundo –de nuestro país, el número uno– en el concurso internacional Chardonnay du Monde 2020.

A. Conesa 58. El blanc de blancs de pago de Familia Conesa

En 2020, la bodega ha lanzado un vino espumoso de autor que lleva en su etiqueta la firma y la edad (58) de su creador, Antonio Conesa. Para el propietario de la finca, gran amante de los vinos de Champagne y de los grandes cavas de Sant Sadurní d'Anoia, producir un espumoso en el corazón del Campo de Montiel era un reto y, también, una celebración de los logros vitales y profesionales. Está elaborado mediante el tradicional método champenoise inventado por Dom Pierre Pérignon y es un Brut Nature Blanc de Blancs procedente del que está reconocido como uno de los mejores viñedos de Chardonnay Europa –y mejor de España–, con una frescura equiparable a la de las que crecen en la mismísima Côte de Blancs.

Quesos manchegos con D.O.

En El Guijoso se elabora además una gama de quesos, Hacienda Guijoso, con D.O. Queso Manchego, una denominación de origen certificada que solo posee en torno a un 20 % de los quesos que se producen en Castilla-La Mancha. Proceden de un rebaño propio de casi 4.000 ovejas de raza pura manchega que se alimentan con un exclusivo menú de alto nivel en proteínas y grasas. Un compuesto de 14 alimentos ecológicos cultivados en la propia finca (trigo, cebada, soja, guisantes, maíz, brócoli, coliflor...) que se les sirve con la humedad adecuada para favorecer la digestión, buscando, como en el resto de las prácticas, el máximo bienestar del animal.

La leche ordeñada en el día se recoge por la noche –para que las altas temperaturas diurnas no interfieran en su calidad– y se procesa a la mañana siguiente, bien temprano para que no pierda sus cualidades organolépticas y nutricionales. Otra particularidad de la gama de Hacienda Guijoso, que engloba un queso de leche pasteurizada –de 3-4 meses de curación mínima– y tres quesos de leche cruda de oveja con curaciones mínimas de 6-7 meses –el semicurado–, 9-10 meses –el curado– y 12-13 meses –el gran reserva–, es que durante su maduración en bodegas naturales bajo tierra reposan sobre tablas de madera de sabina. Una madera de inigualable calidad tanto por su resistencia –históricamente se utilizaba para hacer barcos de guerra– como por el inconfundible aroma y la elegancia que aporta a los quesos. Es además muy difícil de encontrar, ya que, explica la propiedad, «la sabina es uno de los árboles más protegidos del mundo; nosotros la hemos reciclado de un antiguo techado de una de las naves que existía cuando llegamos».

La bodega Familia Conesa-Pago Guijoso ofrece diferentes propuestas de enoturismo y dispone de una tienda en la bodega y una tienda online en la que adquirir todos sus productos.

Dirección: Finca El Guijoso. Ctra. Ossa de Montiel a El Bonillo km 11. El Bonillo, Albacete

Página web y tienda online: www.familiaconesa.com

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