Así luchan importantes bodegas españolas contra el cambio climático

España cuenta con 960.000 hectáreas de viñedos de las que 235.000 están especialmente expuestas al impacto del cambio climático. En un producto tan sensible a cualquier modificación las bodegas se han tenido que lanzar a tomar medidas para proteger sus vinos, incluida la búsqueda de otros emplazamientos

Martes 17 de Diciembre de 2019

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Cepas centenarias a punto de desaparecer, bodegas trasladando sus viñedos a zonas de mayor altitud, aumento en la graduación alcohólica, un sorprendente incremento de los viñedos en Reino Unido, peticiones de ayudas a Bruselas... Bienvenidos a la más evidente trinchera empresarial en la guerra contra el cambio climático: el sector vitivinícola.

Tras dos semanas de cumbre del clima en Madrid, la clausura de la COP25 ha sido tan ambigua como se esperaba, mientras que hay sectores donde el impacto medioambiental es cada día más explícito. Al menos esa es la opinión de bodegueros, representantes sectoriales y organizaciones agrícolas consultadas sobre la situación de un producto tan enraizado con la cultura mediterránea. In vino veritas (en el vino está la verdad) que diría Plinio el viejo.

El 90% de los profesionales de La Rioja se queja del cambio climático; solo el 1,7% lo niega

Este no es un debate etéreo. La superficie de viñedo tiende a disminuir en España mientras las empresas del sector han lanzado diversas iniciativas para ajustarse a la nueva realidad. Se trata de uno de los productos más sensibles a cualquier tipo de variación en la maduración de la uva. Y las variaciones se suceden.

Los meses de la primavera son ahora mucho más secos y las temperaturas del verano se ha vuelto más extremas, con muchos episodios por encima de los 35° que pueden perjudicar a las vides. Hay menos heladas en invierno y más en primavera y la lluvia tiende a concentrarse en epi­sodios de mucha intensidad. La conclusión es una carrera contra el calendario: Hay denominaciones donde la vendimia concluye ahora cuando antes empezaba; se han adelantando todos los plazos.

Ante este panorama se prueban nuevas variedades, en zonas históricas como Bur­deos se impone el regadío, en un país como España con un problema hídrico endémico y se desplazan cultivos. Hasta 200 kilómetros al norte o 150 metros más de altitud en las principales variedades euro­peas, según algunas estimaciones para las próximas dé­cadas.

Según un informe de la Universidad de La Rioja, el 90% de las profesionales de la denominación de origen con­sidera que existe un efecto del cambio climático. Solo un 1,7% lo niega. Más aún, el 56% afirma que estos cambios impacta en su actividad "bastante" y un 18,5% responde con un "mucho". ¿Los motivos? Para el 33,5% es por el descenso en las lluvias, para el 28,7% el aumento de las temperaturas, para el 12.5% el adelanto en la maduración de la uva. Un 8,9% alude a algo tan compartido como "la pérdida de estaciones". 

En el siguiente artículo del diario Expansión del lunes, 16 de diciembre de 2019, 10 bodegueros analizan causas y medidas a tomar ante el cambio climático

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