Asturias recupera 100 ha viñedo de montaña autóctono tras una investigación del CSIC

Esta iniciativa, en la que ahora participan cinco bodegas de carácter familiar bajo el amparo de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vinos de Calidad de Cangas, es el resultado de un estudio desarrollado por un grupo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde 1986.

El equipo está dirigido por la científica María Carmen Martínez, responsable del grupo de Investigación de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia.

Fuentes de esta institución han avanzado a Vinetur que "varios grupos bodegueros" de distintas denominaciones de origen vitivinícolas se han interesado por conocer las características y las posibilidades de desarrollo y comercialización de esta zona productora.

A principios del siglo XX, han recordado, Asturias dedicaba cerca de 2.000 hectáreas al cultivo de las vides autóctonas, un cultivo que se perdió al diversificarse las actividades agropecuarias en la zona de montaña.

Han explicado que un grupo de investigación del CSIC, que forma parte del Centro di Ricerche Studi e Valorizaciones per la Vitucultura Montana (Cervim), finalizó en 2007 la selección clonal y la certificación de las variedades de mayor interés para la producción de vinos.

La comercialización del vino, según el acuerdo inicial, corría a cargo de los viticultores asturianos de forma exclusiva durante un periodo de cinco años.

Las variedades de uva autóctonas de la zona, determinadas en la parcela experimental del CSIC en Cangas del Narcea y posteriormente incluidas en una lista oficial para su comercialización, son la albarín blanco, albarín tinto, verdejo negro y carrasquín.

Las clonaciones producidas han contado con la información producida en investigaciones previas en las que se ha analizado el ADN de las cepas, su resistencia natural a enfermedades como el mildiu, oídio y botytris, o la influencia de los microclimas.

La "viticultura heroica", propia de zonas de montaña de más de 700 metros de altitud, con fuerte pendiente y en pequeñas islas, representa tan solo el 5 % de la viticultura a nivel mundial, y únicamente es viable con variedades "extremadamente adaptadas a las condiciones límites donde su cultivan", según las mismas fuentes.

Desde el CSIC han confirmado que continúan con el desarrollo de diversos estudios de investigación y que colaboran con los viticultores para consolidar y posicionar la actividad para promover "el desarrollo sostenible de la zona", ya que la viticultura de montaña supone "una alternativa a otros sectores en declive".