El auge de las bebidas NoLo entre los Gen-Z

Cómo la Generación Z está redefiniendo el consumo de alcohol

Roberto Beiro

Jueves 22 de Febrero de 2024

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La evolución de los hábitos de consumo de alcohol entre generaciones ha marcado un antes y un después en la industria de las bebidas. La Generación Z, con sus particularidades y preferencias, está redefiniendo el mercado de una manera que pocos podrían haber anticipado. Este grupo demográfico, nacidos entre 1997 y 2012, está demostrando tener intereses y prioridades muy distintos a los de generaciones anteriores, como los Millennials (1981-1996) y la generación X (1965-1980), especialmente en lo que respecta al consumo de alcohol.

Un dato revelador de este cambio es el estudio de Berenberg Research de 2018, que indica que la Generación Z bebe un 20% menos per cápita que los millennials en la misma etapa de sus vidas. Además, un 64% de ellos espera beber menos en su vida adulta que las generaciones anteriores. Este fenómeno no solo refleja un cambio en los hábitos de consumo sino también en la percepción del alcohol y su lugar en la sociedad.

Las razones detrás de este cambio son variadas y complejas. Por un lado, la Generación Z muestra una mayor conciencia sobre los beneficios para la salud de reducir el consumo de alcohol. También hay un rechazo al estigma y la vergüenza asociados al exceso en el consumo de alcohol, percepciones heredadas de generaciones anteriores. Además, esta generación valora la autenticidad y la individualidad, rechazando las presiones sociales que históricamente han fomentado el consumo de alcohol como una norma social.

Esta tendencia hacia el consumo moderado o nulo de alcohol ha llevado a un crecimiento en la demanda de bebidas sin alcohol y de bajo contenido alcohólico, conocidas como NoLo ("no and low alcohol", es decir, sin alcohol o con baja graduación). La industria de las bebidas ha tenido que adaptarse rápidamente a estos cambios, invirtiendo en la investigación y desarrollo de estas alternativas. Marcas históricamente asociadas con bebidas alcohólicas, como Adnams y Bacardi, han diversificado sus ofertas para incluir opciones NoLo, reconociendo la importancia de satisfacer las preferencias de un mercado emergente.

La cerveza y el vino sin alcohol son ejemplos claros de esta adaptación. Aunque el vino NoLo aún está en sus fases iniciales, se espera un crecimiento significativo en los próximos años. La elaboración de vino sin alcohol presenta desafíos únicos, dado que el alcohol contribuye significativamente al cuerpo, sabor y sensación en boca del vino. Superar estos desafíos no solo es una cuestión técnica sino también cultural, dado el esnobismo que a veces rodea a la cultura del vino.

La generación Z también ha mostrado interés por las bebidas adaptógenas, que prometen beneficios para mejorar el estado de ánimo. Esta apertura a experimentar con nuevos tipos de bebidas pone de manifiesto la flexibilidad de esta generación a la hora de explorar alternativas al alcohol tradicional.

El impacto de estos cambios va más allá de la industria de las bebidas. Los establecimientos de hostelería, como bares y restaurantes, se enfrentan al desafío de adaptar sus menús y servicios para atraer a una clientela que prioriza la calidad sobre la cantidad y que valora experiencias únicas y auténticas. Esto incluye ofrecer una gama más amplia de bebidas NoLo, así como cócteles listos para beber (RTD) en lata, que han ganado popularidad por su comodidad y calidad.

Este cambio generacional hacia un consumo de alcohol más consciente y moderado representa una oportunidad para la industria de reinventarse y responder a las demandas de un mercado en evolución. Al mismo tiempo, plantea desafíos significativos para marcas y establecimientos acostumbrados a un modelo de negocio centrado en el consumo de alcohol tradicional.

La adaptabilidad y la innovación serán claves para aquellos que buscan no solo sobrevivir sino prosperar en este nuevo panorama. La capacidad de entender y anticipar las necesidades de la Generación Z, ofreciendo productos y experiencias que resuenen con sus valores y preferencias, determinará quiénes serán los líderes en la industria de las bebidas del futuro.

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