Muere Fernando Remírez de Ganuza, el hombre que revolucionó el vino de Rioja

Un visionario que cambió Rioja con su visión y dedicación

Martes 19 de Marzo de 2024

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Fernando Remírez de Ganuza

Este martes, 19 de marzo Día del Padre, ha fallecido Fernando Remírez de Ganuza, a los 73 años. La noticia ha conmovido a todo el mundo del vino en España y más allá de sus fronteras. Su partida no solo deja un vacío en el corazón de su familia y amigos, sino también en el sector vinícola, donde fue reconocido como uno de los innovadores más destacados del vino de Rioja. Este navarro, de nacimiento pero riojano de adopción, dedicó su vida a revolucionar la forma en que se producía vino en una de las regiones vinícolas más emblemáticas de España, dejando un legado de excelencia y compromiso con la calidad.

Desde sus inicios, Remírez de Ganuza no se conformó con seguir los métodos tradicionales de producción de vino. En 1989, decidió fundar su propia bodega en Samaniego, en pleno corazón de la Rioja Alavesa, con una filosofía clara: hacer las cosas a su manera, buscando siempre la excelencia. Esta mentalidad lo llevó a ser pionero en la introducción de diversas innovaciones tecnológicas en la viticultura y enología, que no tardaron en ser adoptadas por otras bodegas de la región. Entre sus inventos, destacan una cinta inteligente para la selección de la uva y un sistema de prensado único, demostrando que la tecnología y la tradición pueden ir de la mano para mejorar la calidad del vino.

Su pasión por el vino se reflejaba también en su dedicación a la viña y a cada proceso de producción. Para Remírez de Ganuza, cada detalle contaba a la hora de elaborar vinos de calidad excepcional. Esta obsesión por la perfección se veía en el cuidado con el que seleccionaba las barricas y las uvas para su vino más especial, dedicado a su hija María, quien falleció en un accidente de tráfico siendo una niña. Este vino, que lleva su nombre, María Remírez de Ganuza Reserva Especial, no solo es un tributo a su memoria, sino también una muestra del compromiso del bodeguero con causas benéficas, ya que los beneficios de sus ventas se destinan a fines solidarios.

El legado de Remírez de Ganuza trasciende sus innovaciones técnicas y su dedicación personal. A lo largo de su carrera, demostró ser un visionario al abrir las puertas de la región de Rioja a importantes inversiones, como la entrada de Vega Sicilia y de la familia Rothschild con el lanzamiento del vino Macan en 2012. Convencido de que aprender de los mejores podía elevar el nivel de toda la región, no dudó en facilitar esta y otras operaciones, marcando un antes y un después en la historia del vino de Rioja.

Su fallecimiento ha desatado una ola de condolencias y reconocimientos a su figura, tanto de amigos y familiares como de colegas de profesión y admiradores de su trabajo. Bodegas tan prestigiosas como La Rioja Alta y Alma Carraovejas han expresado su pesar y admiración por la figura de Remírez de Ganuza, destacando su pasión, dedicación y visión innovadora que tanto contribuyeron al prestigio del vino de Rioja.

La partida de Fernando Remírez de Ganuza deja un vacío difícil de llenar en el mundo del vino. Su figura será recordada no solo por sus contribuciones al sector vinícola, sino también por su calidad humana y su compromiso con hacer del mundo un lugar mejor. Su legado permanecerá en cada botella que sale de su bodega y en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él. El vino de Rioja, y el mundo del vino en general, le deben mucho a este innovador incansable, cuya vida fue una verdadera inspiración para quienes buscan la excelencia y la autenticidad en cada copa de vino.

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