España mantiene su posición como uno de los principales productores de vino del mundo

El vino es algo que no puede separarse de la cultura española por mucho que se quiera. Desde hace siglos, muchas regiones históricas como La Rioja, Montes de Málaga o Sanlúcar de Barrameda cuentan con caldos tan diferentes como famosos en el mundo entero, algo que ya forma parte del atractivo turístico del país en todo el mundo. De hecho, España sigue siendo uno de los principales productores de vino del mundo.

Los motivos

España es un lugar en el que se combinan diferentes climas que, lejos de molestarse, parecen haberse puesto de acuerdo para permitir el cultivo de uvas muy diferentes. En total, el país cuenta con más de 1 millón de hectáreas de viñedos, casi un 15 % de todo territorio que hay en el mundo destinado a este fin.

Además, en España hay más de 600 tipos de uva que son autóctonas, aunque solo unas 20 de ellas forman parte de la ya centenaria tradición vinícola del país. Dentro de estas, variedades como tempranillo, albariño, garnacha, palomino o cariñena son especialmente conocidas en todo el mundo.

Si hay un dato curioso dentro de todo esto es que los españoles consumen mucho menos vino del que producen. De media, un español toma al año unos 21 litros, cifra muy alejada de lo que se consume en países con una tradición mucho menor.

Esto significa que los vinos salen en gran medida al extranjero y que, por lo tanto, se han convertido en una de las fuentes de fama más importantes para España y, por supuesto, uno de los motivos que llevan a muchos turistas a detenerse por aquí.

Algunas denominaciones de origen históricas

Los vinos españoles se dividen en los que cuentan con denominación de origen protegida, los más importantes, los vinos de la tierra y los vinos de mesa. Merece la pena tener en cuenta algunos de los primeros para realizar un repaso a los mejores caldos del país.

Una de estas deniminaciones de origen es la de Rioja. Estos vinos, que en casi un 90 % son tintos elaborados con uvas tempranillo, garnacha tinta y mazuelo, llevan preparándose desde los siglos VIII y IX aproximadamente y cuentan con una popularidad a nivel mundial fuera de toda duda.

Aunque más reciente, la denominación de origen Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, que forma parte de los vinos de Jerez, han alcanzado últimamente las cotas más altas de popularidad en mercados como el inglés o el estadounidense por la ligereza de sus caldos blancos hechas con uva palomino.

Tampoco hay que perder de vista los vinos dulces de Málaga elaborados con moscatel y Pedro Ximénez en el paraje de los Montes de Málaga ni los grandes vinos tintos con denominación de origen Ribera del Duero.

En definitiva, España es país de vinos y esta bebida constituye una parte importante de su legado y de sus atractivos turísticos, por lo que no hay que dejar de probar todas las variedades que se pueda.