ENOLOGÍA PARA TODOS: Los concursos de vinos

Este último mes he tenido la suerte (y la responsabilidad) de participar como jurado en tres concursos de vinos, y me he dado cuenta de que mucha gente no conoce lo que hay detrás de una medalla. Espero que después de este artículo, todo esté un poco más claro.

Para ser reconocidos, los concursos deben estar inscritos en la Organización Internacional del Vino (OIV) y seguir sus normas de manera estricta. En lo que concierne a la cata, las reglas establecen que cada miembro del jurado debe disponer de un asiento y una superficie blanca con una jarra con agua fresca, trozos de pan neutro, servilletas de papel y una escupidera. Además, está prohibido fumar o beber café al menos media hora antes de la cata. Las botellas deben ser perfectamente anónimas y los jurados no pueden tener ninguna relación con la bodega productora del vino que catan, si así fuera, se debe comunicar a la organización para que te otorguen otras muestras.

La cata debe ser por la mañana y se lleva a cabo en silencio, no se deben intercambiar impresiones. Cada jurado cata un máximo de 45 muestras en 3 series, y todos los vinos se presentan a la temperatura correcta y en una copa adaptada a su categoría.

Para evaluar los vinos se debe completar la ficha de degustación de la OIV (como la que aparece en la foto), o una parecida que respete los mismos criterios y permita valorar las muestras. En función de la nota se asignarán medallas de oro, plata y bronce. Solo el 30% de los vinos presentados pueden obtener medallas, aunque en algunos concursos es posible dar premios especiales como gran oro, o reevaluar los mejores de cada categoría, pero siempre se debe mantener el máximo del 30% de los vinos premiados.

Los concursos se pueden clasificar en función de los vinos que participan o por el tipo de jurado que cata y otorga los premios. Según los vinos y su origen geográfico podemos encontrar concursos internacionales, nacionales o regionales. En todos ellos pueden participar  vinos de los "cinco colores" (blanco, tinto, rosado, licoroso y efervescente) y, en algunos casos, también pueden participar espirituosos como los brandis. Algunos ejemplos internacionales, en los que compiten vinos de todo el mundo, son el Concours Mondial de Bruselas, el Mundus Vini en Alemania o el Concurso Internacional de vinos Bacchus en España.

Un ejemplo de certamen nacional son los Premios Baco que otorga cada año la unión española de catadores a los vinos jóvenes. En los concursos regionales pueden competir todos los vinos que se producen en una zona determinada; es el caso de los Premios Envero, específico de los vinos que se producen en la D.O Ribera del Duero. Otra categoría de concursos son aquellos en los que sólo compiten vinos de una variedad de uva determinada o un solo color, como los concursos mundiales del Sauvignon, del rosado, del tempranillo, del albariño....

Algunos concursos se diferencian por el tipo de jurado que otorga los premios, por ejemplo en el Feminalise o los Premios Internacionales Vino y Mujer, todos los jurados son mujeres. Para poder degustar en el Vinalies, nacional o internacional, se debe tener el Diploma nacional de enólogo, siendo el concurso más profesional que existe. Por el contrario, en el Challenge Internacional du Vin, los jurados no son profesionales del vino, sino "amateurs" iniciados en la cata; de esta manera los premios se otorgan  en función del que más gusta al consumidor.

Como habréis podido comprobar, cada medalla "esconde" una gran cantidad de información y a veces puede ser decisiva a la hora de elegir un vino en un restaurante o en una tienda. Como siempre, si queréis más información, no dudéis en preguntarme.

Fuente: http://www.oiv.int/public/medias/4663/oiv-concours-332a-2009-es.pdf

Por Cristina Vegas Gómez

Cristina Vegas es nieta del fundador de Avelino Vegas. Es licenciada en Biotecnología y cursó sus estudios de Enología en la universidad de Burdeos.