Medidas preventivas para evitar riesgos en la bodega ( II )

    Segunda Parte   En el post anterior, se enunciaron tres grupos de medidas preventivas sobre los riesgos por descarga de la vendimia,...

Lunes 20 de Marzo de 2017

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Segunda Parte

 

En el post anterior, se enunciaron tres grupos de medidas preventivas sobre los riesgos por descarga de la vendimia, riesgos derivados de la obtención del mosto y riesgos derivados de la obtención del vino. A continuación se examina el grupo de medidas preventivas restantes relativas a la Estabilización para completar las mismas.

Medidas Preventivas por riesgos derivados del conjunto de prácticas enológicas que hacen referencia a la estabilización del vino: trasiegos, clarificación, filtración, crianza y embotellado. A modo de consideraciones previas, hay que tener en cuenta los siguientes factores: mantener la boca de los depósitos cerradas con la protección adecuada que permita el trabajo; proporcionar rodilleras al trabajador durante los trasiegos manuales en depósitos de hormigón; no dejar mangueras sueltas por las naves de vinificación, emplear calzado de seguridad, conocer las fichas de seguridad de los productos empleados en las operaciones precitadas de estabilización y mantener un adecuado sistema de drenaje de las naves y el recinto en general de la bodega que disminuya las superficies resbaladizas.

En materia de aplicación y/o trabajo con productos químicos en la bodega y, de forma especial, en la aplicación del Anhídrido Sulfuroso (SO2), hay que tener en cuenta que este es un gas incoloro, de olor picante muy característico, que resulta tóxico por inhalación (al inhalarse se transforma en ácido sulfúrico)  y provoca quemaduras en los ojos y en la piel, así como irritaciones en las vías respiratorias.

El SO2 se utiliza como conservante de vinos y también en operaciones pre-fermentativas, presentando efectos antioxidantes y de propiedades antimicrobianas, existiendo unos límites legales de utilización. Puede emplearse en forma de gas licuado a presión, en soluciones acuosas, mediante sales cristalizadas (metabisulfito de potasio), por combustión de varillas o pajuelas de azufre.

Por tanto, y para evitar los riesgos derivados del uso del Anhídrido Sulfuroso (SO2), habrá que leerse de forma exhaustiva y con sumo cuidado la ficha de datos de seguridad del producto, empleando una mascarilla específica con filtro, usar guantes de protección adecuados frente a productos químicos así como gafas de montura integral, mantener los recipientes por debajo de los 50º C y en un lugar bien ventilado, sin exponer los recipientes al sol y previniendo la entrada de agua.

Respecto al uso de las sales cristalizadas o metabisulfito de potasio, como producto muy irritante empleado para controlar la oxidación del vino y para la desinfección de barricas añadiéndolo al agua, hay que emplear siempre unos guantes especiales, así como protecciones oculares y respiratorias que eviten que el polvo pueda entrar en contacto con las mucosas y las vías respiratorias.

Durante la filtración del vino y para el caso de usar tierras diatomeas, resulta indispensable el uso de mascarillas con filtro. En el caso de utilizar sosa caústica (hidróxido de sodio o hidróxido sódico NaOH), sustancia altamente corrosiva que se emplea para limpiar los tanques de fermentación en las fábricas de elaboración de cerveza y también para el vino, al depositarse durante la fermentación los denominados cristales de tartrato que quedan adheridos a las paredes de los depósitos.

La aplicación de pinturas de resina epoxídica en cubas y depósitos de cemento aseguran un arranque más fácil del tartrato y de las partículas sólidas que quedan pegadas en las paredes después de la fermentación, evitando al máximo el uso de la sosa caústica y sus efectos irritantes a los que se expone el personal de mantenimiento y limpieza de bodega. En estos casos, es absolutamente necesario e imprescindible el empleo de guantes, gafas y sistemas de protección respiratoria, leyendo con sumo cuidado toda la información de la ficha de seguridad del producto.

Por último, y respecto al embotellado, si bien es cierto que suele ser un proceso casi totalmente automatizado, deberá tenerse en cuenta una especial protección de las zonas de acceso a los posibles puntos peligrosos de atrapamiento y aplastamiento, situando los pulsadores de "sistema seta" de seguridad en lugares estratégicos y claramente visibles. Entre otras medidas preventivas, los atascos y otros problemas durante el proceso en la línea de embotellado, se realizarán siempre con el sistema apagado y sin funcionamiento.

En relación con el almacenamiento de botellas, debe tenerse siempre mucho cuidado en las operaciones de palés y despaletización de botellas debiendo asegurarse muy bien la estabilidad de las pilas, así como el apilamiento de las mismas y la seguridad de los trabajadores que transiten por encima, debiendo utilizarse botas de seguridad con reforzamiento en punteras y guantes de protección mecánica y específica para evitar cortes.

Por otra parte, y al tratarse en muchos casos de zonas de riesgo sonoro, debido a la utilización de la maquinaria empleada, deberá efectuarse la correspondiente evaluación de riesgos para determinar el nivel de ruido y, en su caso, de empleo de las protecciones auditivas necesarias. En materia de cargas y posibles sobreesfuerzos de los trabajadores por manipulación de botellas y palés, deberá informarse y formarse a los trabajadores sobre higiene postural así como sobre el empleo de los sistemas de protección frente a manipulación de cargas y sobreesfuerzos.

 

Un artículo de Alfredo Gómez Pascual
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