Ya está disponible Pruno 2015, de Finca Villacreces

Una buena noticia para los amantes del vino: la bodega Finca Villacreces presenta estos días la nueva añada de su...

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Jueves 17 de Noviembre de 2016

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Una buena noticia para los amantes del vino: la bodega Finca Villacreces presenta estos días la nueva añada de su vino más afamado, Pruno 2015. Se trata de un vino con Denominación de Origen Ribera del Duero  que ha alcanzado una gran distinción como el mejor vino español de la historia.

Pero, ¿qué es lo que hace tan especial a Pruno? Tiene muchos puntos a su favor, como su sabor frutal suave y agradable, gracias a su elaboración con un 90% de Tempranillo y un 10% de Cabernet Sauvignon; su origen, en pleno corazón de Ribera del Duero; y también su excelente precio, que lo convierte en una opción muy asequible para tomar un vino de alta calidad. Por todas estas razones, el prestigioso e influyente crítico vinícola estadounidense Robert Parker le otorgó una calificación de 93 puntos durante cuatro años consecutivos y lo encumbró como el mejor vino en su relación calidad/precio en el año 2015.

 

 

Por todo ello, la demanda de este vino se ha disparado en los últimos años, llegando a superar la cantidad de vino que la bodega puede obtener de sus viñedos. Y no es de extrañar. Por ello, Finca Villacreces ha decidido crear un sistema de gestión por cupos, para poder hacer un reparto equitativo en los diferentes mercados. De esta forma, en esta añada 2015 únicamente se han elaborado 418.510 botellas.

Como ya hemos mencionado, detrás de este excelente vino se encuentra la bodega Finca Villacreces, situada a orillas del río Duero, en Valladolid. Sus viñedos, que ocupan una extensión de 64 hectáreas a una altura de 710 metros sobre el nivel del mar, se encuentran en un suelo muy diverso y con un clima de carácter extremo. No obstante, la uva se encuentra protegida gracias a los bosques que rodean los viñedos, que crean un microclima perfecto.

 

Los orígenes de la bodega se remontan al siglo XV, cuando las tierras pertenecían al fraile franciscano Pedro de Villacreces, que, con otros clérigos, creó en este lugar un sitio perfecto para la oración y el cuidado de la vid. Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, la finca pasó a manos privadas, y no fue hasta mucho después, en 2004, que llegó a manos de Gonzalo y Lalo Antón. Tras recuperar los viñedos y remodelar la bodega, pudo reabrirse en 2007. Toda una suerte para los amantes del vino.

Un artículo de Bodecall
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