El principal problema de las explotaciones agrarias gallegas: El minifundismo

La Consellería de Medio Rural hace públicas las medidas para combatir el minifundismo del campo gallego

El trabajo de impulso de las diferentes políticas de desarrollo rural para reducir el ritmo de la despoblación y sus consecuencias pasa, según indicó el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, por reforzar el sector primario y combatir el minifundismo.

En el marco de la Comisión no permanente para la elaboración del Plan de Dinamización Demográfica de Galicia, Samuel Juárez inició su intervención esta mañana defendiendo la necesidad de la diversificación económica en el rural "sin olvidar que esta es necesaria y es importante, la economía en este medio no va a prosperar se desatendemos los sectores agrícola y forestal".

Así, añadió, las superficies agrícolas, forestales y ganaderas suponen mas del 75% del territorio en 51 de las 53 comarcas gallegas, y en más de la mitad de las comarcas superan el 90% de su superficie.

A su vez, la superficie agraria útil (la que está cultivada o en condiciones de serlo únicamente mediante labores agronómicas) sólo supera el 50% en una comarca de las 53.

El conselleiro hizo una completa fotografía de situación señalando que, a pesar de la progresiva pérdida de peso relativo, el sector agrario gallego sigue siendo de vital importancia para la economía de la Comunidad y en particular para el ámbito rural.

La aportación del sector agrario gallego en tener de Valor Añadido Bruto (VAB) supera el promedio estatal (3,35% frente al 3,1% del conjunto de España). Samuel Juárez se refirió también a la importancia social del sector agrario en tener de ocupación: su aportación al empleo total duplica el promedio estatal, estando por encima del 8% en Galicia frente a un 4,5% en el conjunto del Estado.

Combatir el minifundismo

En este contexto, subrayó Juárez, "es necesario hablar del principal problema del sector primario gallego, que es la estructura de las explotaciones agrarias: el minifundismo, problema que afecta tanto al campo como al monte".

Así, la superficie destinada la tierras de cultivo supone tan sólo un 15,5% del total, mientras que los prados y pastos ascienden a un 15% y la superficie forestal a un 58% del total.

La agricultura gallega se caracterizó tradicionalmente por un elevado grado de minifundismo, que condiciona la viabilidad y rentabilidad económica de las explotaciones. La dimensión de las explotaciones gallegas es excesivamente reducida y continúa muy alejada del promedio estatal (7,5 hectáreas por explotación frente las 22 hectáreas de una explotación media española).

Para contribuir a resolver este asunto principal de la estructura de las explotaciones, la Consellería de Medio Rural desarrolla una serie de iniciativas. En su comparecencia Juárez relató las principales, como la ley de movilidad de tierras, que será un instrumento menos pasivo y más proactivo para ayudar a los agricultores a dimensionar sus explotaciones.

En segundo lugar se refirió a los procesos de concentración parcelaria, avanzando sensiblemente en esta legislatura en 75 concentraciones que afectaron a 45.000 hectáreas y la 60.000 propietarios, con una inversión de 37 millones de euros. Aquí, además, Medio Rural está preparando una modificación de la normativa, que busca que las concentraciones parcelarias sirvan mejor a las necesidades de los agricultores, centrándose más en concentrar tierra y reducir la parcelación y menos en construir nuevas infraestructuras.