Rio Grande do Sul atrae a medio millón de turistas al año y produce el 80% del vino de calidad de Brasil

Martes 11 de Noviembre de 2025

El enoturismo impulsa la economía local y diversifica la oferta con actividades durante todo el año y certificaciones de calidad

El enoturismo se ha convertido en una de las principales actividades económicas del estado brasileño de Rio Grande do Sul. Según datos publicados por el Jornal do Comércio en su suplemento especial Vinhos e Espumantes, cerca de medio millón de personas visitan cada año la región para conocer sus bodegas, viñedos y tradiciones ligadas al vino. Esta cifra sitúa a Rio Grande do Sul como el destino más importante de Brasil para quienes buscan experiencias relacionadas con el vino.

El estado produce más del 80% del vino de calidad elaborado en Brasil, lo que equivale a unos 12 millones de litros anuales. Esta producción se concentra principalmente en el Vale dos Vinhedos, una zona donde la tradición vitivinícola fue introducida por inmigrantes italianos a finales del siglo XIX. Las visitas a los viñedos y a las antiguas casas de la región permiten a los turistas conocer la historia local y participar en actividades como catas y paseos entre parras.

En los últimos años, otras zonas como la Campanha gaúcha han comenzado a recibir más visitantes. Allí, además de probar vinos, los turistas pueden recorrer fincas, viajar en el Tren do Pampa o seguir rutas arqueológicas. Estas propuestas han ayudado a diversificar la oferta turística y a atraer público durante todo el año.

Aunque el consumo de vino es más habitual durante el invierno, muchas bodegas han adaptado su programación para recibir visitantes también en verano. Durante los meses cálidos tiene lugar la vendimia y algunas empresas permiten que los turistas participen tanto en la recolección como en la tradicional pisa de uvas. De este modo, se consigue aumentar el número de visitantes fuera de la temporada alta.

La profesionalización del sector ha sido clave para este crecimiento. Una parte importante del reconocimiento internacional que han alcanzado los vinos de Rio Grande do Sul se debe a las certificaciones de Indicación Geográfica (IG), que incluyen tanto la Indicación de Procedencia (IP) como la Denominación de Origen (DO). Estas certificaciones ayudan a diferenciar los productos locales y aportan valor añadido a las experiencias turísticas.

En 2020, la región de Campanha obtuvo el sello IP que reconoce la calidad de sus vinos. Por su parte, Garibaldi, situada en la Serra Gaúcha, está trabajando para conseguir un reconocimiento formal para sus espumosos y vinos tranquilos. Estas iniciativas refuerzan la identidad regional y contribuyen a consolidar la reputación del estado como productor vitivinícola.

Sin embargo, el desarrollo del enoturismo depende también de otros factores. Los expertos señalan que es necesario mejorar infraestructuras, invertir en promoción y garantizar la conservación del entorno natural. El objetivo es lograr que el crecimiento económico derivado del turismo ligado al vino se traduzca en beneficios duraderos para las comunidades locales y en un modelo sostenible que combine tradición e innovación.