Rumanía, la próxima meca del vino

Castillo de Bran en Transilvania, la "Casa de Drácula" Una tarde observando los prados de la Toscana con tinto de uva...

Escrito porÚrsula Marcos

Lunes 15 de Noviembre de 2021

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Castillo de Bran en Transilvania, la "Casa de Drácula"

Una tarde observando los prados de la Toscana con tinto de uva sangiovese, una tarde en una bodega española saboreando tempranillo o incluso una visita a los campos de California aromatizados con zinfadel... Es común soñar con cualquiera de estos escenarios cuando piensas en vino. Pero ¿ya te has imaginado disfrutando de una copa a los pies del castillo de Transilvania?

Si eres un amante del vino puede que muy pronto estés observando los copos de nieve caer sobre las calles de Bucarest mientras saboreas la bebida más popular de Europa.

El motivo no es otro que una firme y decidida apuesta de Rumanía por el vino, o más concretamente el turismo del vino.

Así, tal y como recogen varios medios del sector, Rumanía está apostando por atraer turistas al país con bodegas de última generación que desarrollan un vino de clase mundial, y no lo están haciendo nada mal.

El tortuoso romance entre Rumanía y el vino

Hasta ahora Rumanía era sinónimo de historias de vampiros y grandes palacios comunistas, aún así su romance con la uva tiene mucha historia.

Las condiciones climatológicas del país son ideales para la recolecta de uva, tanto que la tradición viticultora se remonta miles de años atrás. En los textos del mítico historiador griego, Heródoto, quién vivió en el siglo V a.C., ya mencionaba el vino de la costa del Mar Negro, donde se encuentra la actual región rumana de Dobruja. Con este pedigrí el país del este es uno de los mayores productores vinícolas de Europa, con una industria del tamaño comparable a la de Portugal o Chile. Y creciendo.

Según datos de este mismo mes de noviembre de la OIV, la producción de vino en Rumanía estimada para 2021, en base a los datos de su cosecha ya finalizada, crecería un 37% respecto al pasado año, hasta alcanzar los 530 millones de litros, un nivel un 29 % por encima de su media de los últimos cinco años.

Bodega Lacerta

Sin embargo, a pesar de todo, Rumanía nunca ha sido uno de los lugares escogidos por los enoturistas. La respuesta se podría encontrar, en parte, en el pasado comunista del país, cuando la producción de cantidad, primó sobre la calidad. De esta forma Rumanía no desarrolló vinos emblemáticos pero sí muy baratos. En los últimos años, los empresarios extranjeros han volcado su interés en esta parte del mundo por sus precios y han descubierto como las uvas internacionales han dado origen a peculiares especies endémicas de Rumanía que tienen un gran potencial.

Ahora son los propios rumanos quiénes están empezando a valorar el potencial de convertirse en la nueva meca europea del vino. Vinos únicos, diferentes y realizadas con uvas autóctonas y de alta calidad, ese es el secreto de la estrategia rumana para ser el destino favorito del enoturismo. El plan pasa por convertir a los turistas en sus catadores para que sean ellos los encargados de transmitir a todo el mundo las bondades del vino rumano.

Además, en los últimos diez años, su producción vinícola se ha incrementado sustancialmente y los datos revelan que han abierto más de 200 nuevas bodegas.

Las tierras rumanas del vino

El país se divide en cuatro grande regiones vinícolas, cada una de las cuales da lugar a variedades autóctonas como la Silvaner o la Fateasca, ambas tintas, y también se planta foráneas como la omnipresente blanca Chardonnay, la clásica tinta Cabernet Suvignon o la Syrah, una variedad internacional cada día más popular entre los amantes del tinto.

Vinos rumanos en la feria internacional Vinexpo

En las costas del Mar Megro se extiende la región vinícola que ya conocieron los griegos, Dobruja. Bajo la loma de los impresionantes Montes Cárpatos se encuentra Moldavia y en la zona meridional, Valaquia. La cuarta región vinícola, no podía se otra que la tierra más famosa de este viejo país, Transilvania.

Una región, esta última, con un gran potencial como marca tanto a nivel enoturístico como de producto, ya que es muy popular y fácilmente reconocible por todo el mundo: la tierra de Drácula. Por si fuera poco tener un vino de gran calidad, original y diferente, cuyo nombre resuene en todo el mundo, ¿acaso se te ocurre una mejor publicidad para un tinto, que ser de la cuna de los vampiros? Eso mismo han pensado los rumanos y quieren invitar a turistas de todo el mundo a disfrutar de sus mejores vinos.

Un artículo de Úrsula Marcos
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