Jueves 23 de Septiembre de 2021
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El black rot es una enfermedad parasitaria originaria de América del Norte y cuya aparición en Francia fue comprobada en 1885.
A principios de siglo sus daños fueron importantes, sobre todo en la región del Suroeste. Después, la enfermedad desapareció en parte gracias a los tratamientos antimildiu a base de cobre.
De nuevo se vuelve a manifestar de manera episódica con una gran virulencia y una rápida propagación en zonas próximas a viñas abandonadas.
El black rot ataca únicamente a los órganos herbáceos. Se desarrolla sobre las hojas, peciolos, zarcillos, pámpanos y racimos.
En las hojas, todavía jóvenes, se observa sucesivamente:
Los pámpanos jóvenes raramente son atacados; sin embargo, llevan a veces manchas pardas, alargadas, recubiertas de los mismos puntos negros brillantes.
Los peciolos y zarcillos presentan a menudo manchas semejantes, pero más pequeñas.
Los racimos son atacados más tardíamente que las hojas y, en general, después de la floración, se observa sucesivamente:
Los granos de uva afectados por el black rot, para un profano, se parecen a los granos afectados por el mildiu. Sin embargo, dos caracteres permiten distinguirlos: las manchas de blackrot aparecen sobre el lado del grano, son redondas y se recubren de picnidios, mientras que las del mildiu comienzan en el punto de unión del pedicelo y van irradiando hacia la otra extremidad y no llevan picnidios.
El black rot es debido al desarrollo de un hongo microscópico, Guignardia bidwellii, que vive en el interior de los tejidos. El parásito pasa el invierno en estado de órganos resistentes, las peritecas, sobre los raspones y las bayas momificadas caídas al suelo por las máquinas de vendimiar así como sobre los sarmientos.
Estas peritecas evolucionan en invierno diferenciando ascas que contienen cada una ocho ascosporas. Estas esporas son el origen de las invasiones primarias. Proyectadas sobre las hojas todavía jóvenes por la lluvia, aparecen las manchas después de un período de incubación de ocho a veinte días, después se cubren de puntos negros llamados picnidios. En el interior de estos picnidios se forman, en gran número, nuevas esporas (picniosporas), que serán responsables de las invasiones secundarias sobre las hojas y racimos. A la salida de los picnidios, estas esporas son envueltas por una materia mucilaginosa que impide su diseminación por el viento; el agua de lluvia, al disolver esa sustancia, las arrastra.
En resumen, las ascosporas son gérmenes de diseminación, capaces de crear más lejos nuevos focos. Las esporas ordinarias, las picniosporas, mucho más numerosas, son gérmenes de multiplicación in situ. Es por lo que las invasiones de black rot están más o menos localizadas y se producen por ataques bruscos y rápidos.
El agua líquida es indispensable para el hongo para la maduración de las peritecas en invierno, para la proyección de las ascosporas en primavera y la liberación de las picniosporas.
Asimismo, el agua o una elevada higrometría (>90%) es necesaria para la infección de los tejidos vegetales por estas esporas (germinación y penetración). El hongo evoluciona cuando la temperatura llega a los 9 °C; por ello las contaminaciones aparecen muy pronto después de una lluvia abundante. La evolución es rápida a 15°C.
El black rot necesita más tiempo de humectación que el mildiu para la germinación de las esporas y su diseminación, lo que explica que esta enfermedad quede localizada en regiones y en estaciones lluviosas y cálidas.
Las hojas no son receptivas de jóvenes nada más que durante un lapso de tiempo bastante corto, los ataques son generalmente poco graves, pero las manchas sobre hojas, peciolos o sarmientos constituyen un reservorio de esporas para contaminaciones posteriores de los racimos; la receptividad de los racimos es desde el cuajado hasta el envero.
Se ha producido un recrudecimiento de esta enfermedad. Ello es debido a una serie de causas relacionadas con el cambio de las técnicas de cultivo (vendimias mecanizadas, no-cultivo, triturado de los sarmientos), al abandono de viñas y a la elección de productos antimildiu no eficaces contra el black rot o utilizados a intervalos de tiempos demasiado grandes.
La lucha química debe ser preventiva, precoz y debe permitir la protección de los sarmientos durante su período de máxima receptividad que va desde el cuajado al envero.
Fungicidas sólo de acción preventiva
Entre los productos antimildiu de contacto, únicamente los que son a base de ditiocarbamatos (mancozeb, maneb, propineb) tienen una buena eficacia contra el black rot. Son lixiviados por las lluvias, no protegen los órganos formados después del tratamiento y no tienen acción si se aplican después de la germinación de las esporas. Su persistencia de acción es de 8 a 10 días máximo.
Fungicidas de acción preventiva y curativa
Algunos DMI tienen una acción curativa total contra el blackrot cuando el tra tamiento se efectúa en los tres días siguientes a una lluvia contaminadora; Bayle ton, Anvil, Olymp y Systhane. Los otros DMI (Rubigan, Rubiflo, Baytan, etc.), no autorizados a la venta para una lucha específica contra el black rot, tienen también un buen efecto curativo pero un efecto preventivo corto. Su persistencia de acción es de 14 días. La resistencia del black rot a los IBS obliga a limitar el número de aplicaciones a 2 ó 3 por campaña de tratamiento. En las especialidades comercia les, las materias activas van solas o asociadas a un diticocarbamato (Diametan, Flurado, Baktana).
Si la lucha contra el black rot puede ser emparejada con la del mildiu o del oídio durante la fase activa de vegetación conviene tomar algunas precauciones.
Entre el estado D (salida de las hojas ó 06) y el H (botones separados)
En situaciones de riesgo (viñas que hayan presentado síntomas en los racimos el año anterior o viñas próximas a viñas abandonadas enfermas), esperar, para comenzar el tratamiento, a las recomendaciones de las estaciones de avisos agrícolas. En efecto, es necesario estar seguro de la madurez de las peritecas para intervenir y utilizar entonces especialidades de acción preventiva; en otras situaciones, ningún tratamiento.
Desde el cuajado hasta el racimo cerrado
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