Estudios señalan que los cambios en la dieta, incluido más vino y queso, pueden ayudar a reducir el deterioro cognitivo

Los alimentos que comemos pueden afectar directamente nuestra agudeza cognitiva durante los próximos años. Este es el hallazgo clave del estudio de la Universidad Estatal de Iowa publicado en la edición de noviembre de 2020 del Journal of Alzheimer's

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Jueves 15 de Abril de 2021

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El estudio fue dirigido por el investigador principal Aurel Willett, profesor asociado en el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana, y Brandon Klinedinst, candidato a doctorado en neurociencia, Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana de Iowa. Este estudio es el primer análisis a gran escala que relaciona ciertos alimentos con la agudeza cognitiva más adelante en la vida.

Willett, Klinlinst y su equipo analizaron datos recopilados de 1787 adultos mayores en el Reino Unido (de entre 46 y 77 años en el momento de la finalización del estudio) a través del UK Biobank (Una gran base de datos biomédica). Los recursos de investigación incluyen la siguiente información: Detalles. información genética y de salud de 500.000 miembros del Reino Unido. La base de datos está disponible en todo el mundo para investigadores acreditados que han realizado importantes investigaciones sobre las enfermedades más comunes y potencialmente mortales del mundo.

Los participantes completaron la Prueba de inteligencia móvil (FIT) como parte de un cuestionario de pantalla táctil al inicio (compilado entre 2006 y 2010) y luego completaron dos evaluaciones de seguimiento (2012-2013 y 2015-2016). El análisis FIT proporciona una instantánea en tiempo real de la capacidad de una persona para "pensar en el tiempo".

copas de vino

Los participantes también respondieron preguntas sobre su consumo de alimentos y alcohol utilizando la línea de base y dos evaluaciones de seguimiento. En el cuestionario de frecuencia alimentaria, se preguntó a los participantes sobre su consumo de frutas frescas, frutos secos, verduras y ensaladas crudas, verduras cocidas, pescado graso, pescado magro, carne procesada, aves, ternera, cordero, cerdo, queso, pan, cereales, té y café. Consumo de cerveza y sidra, vino tinto, vino blanco, cava y vino blanco.

A continuación destacamos los cuatro hallazgos más importantes de este estudio:

  • El queso ha demostrado ser el alimento más eficaz hasta la fecha para prevenir problemas cognitivos relacionados con la edad, incluso en adultos mayores.
  • Beber alcohol a diario, especialmente vino tinto, se ha relacionado con una mejor función cognitiva.
  • Comer cordero en lugar de otras carnes rojas cada semana puede mejorar el rendimiento cognitivo a largo plazo.
  • La ingesta excesiva de sal no es buena, pero solo las personas que ya están en riesgo de Alzheimer deben prestar atención a su consumo para evitar problemas cognitivos con el tiempo.

Esta investigación muestra que el consumo responsable de queso y vino tinto a diario no solo es beneficioso para ayudarnos a enfrentar la actual pandemia de COVID-19, sino que también nos permite enfrentar un mundo cada vez más complejo que nunca parece detenerse. Si bien los expertos están analizando si esto sólo está relacionado con la dieta de las personas ricas, todavía se necesitan ensayos clínicos aleatorios para determinar si los cambios dietéticos simples pueden ayudar significativamente a nuestro cerebro.

Según los factores genéticos que tengamos, algunas personas tienen menos probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer mientras que otras tienen más riesgo. La elección de alimentos puede prevenir esta enfermedad y el deterioro cognitivo. Quizás la solución milagrosa que estamos buscando es mejorar nuestra forma de comer. Comprender su significado ayudará a entender mejor la enfermedad de Alzheimer y hará que esta patología se mueva en la dirección opuesta.

Willett y Klinedinst agradecen las valiosas contribuciones de otros miembros del equipo de investigación: Scott Le, Colleen Pappas, Nathan Hot, Amy Polpeter y Cyan Wang del Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana de Iowa; Brittany Larsen, Iowa. Curso universitario de neurología; Wang Yueying y Wang Li de la Oficina de Estadísticas del Estado de Iowa; Shang Yu, Departamento de Estadística, Universidad de Virginia; Karin Allenspach, Departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias, Iowa; Jonathan, Departamento de Biomedicina de Iowa, Mochel; Rush Center for Alzheimer's, Rush Medical Center, Rush University y David Bennett.

Un artículo de María Torres
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