¿Son machistas los concursos de vinos de mujeres?

Peco de machista, pero soy feminista. Peco de machista porque he crecido en una sociedad patriarcal en la que se nos bombardeaba con conductas y roles machistas que asumíamos como normales sin cuestionarlos. No culpo a nadie de adoctrinarnos de esta manera. Asumo los errores de la sociedad del pasado y busco la manera de que no vuelva a suceder.

El sector del vino, como muchos otros, no es ajeno a esta realidad. Soy un apasionado del buen vino, y soy muy tradicional en cuanto a su consumo, pero tengo que admitir que el mundo del vino es, salvo pequeñas excepciones (que confirman la regla), enormemente machista. Allí donde reside el poder del sector vitivinícola; a saber, consejos de administración de grandes bodegas, consejos reguladores, organismos nacionales o internacionales, certámenes internacionales, crítica especializada... siempre hay una inmensa mayoría de hombres y minoría de mujeres.

La RAE define el feminismo como "Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre", es decir, el feminismo es igualdad.

El problema reside en que muchas personas asocian feminismo al género gramatical opuesto al machismo e introducen ese concepto erróneo en sus cabezas. "Si el machismo es algo malo de los hombres, el feminismo es algo malo de las mujeres" es el razonamiento mental de estas personas. Nada más lejos de la realidad. Creo que todo hubiese sido más fácil en el camino hacia la igualdad si se hubiese utilizado otro término que no deje lugar a dudas. Por ejemplo, si se llamase "igualismo" en lugar de "feminismo". Aunque el concepto subyacente sea el mismo, sería más fácilmente aceptado (y comprendido) por estas personas.

Entonces, una vez aclarado que el feminismo es una virtud, y que el machismo es un defecto; que el feminismo lucha por la igualdad, y el machismo por la desigualdad; que el feminismo es bueno y que el machismo es malo en definitiva, ¿son machistas los concurso de vinos para mujeres?

Si el feminismo es igualdad, y si lo que queremos es que exista igualdad entre hombres y mujeres en el sector del vino, lo lógico sería que no hubiese concursos de hombre y concursos de mujeres, sino que todos los concursos tuviesen un reparto equitativo entre hombres y mujeres.

Aunque la inmensa mayoría de concursos están compuestos por jurados mayoritariamente masculinos, de vez en cuando vemos certámenes de vinos formados exclusivamente por mujeres y etiquetados como feministas. Curiosamente muchos (me atrevería a decir la mayoría) de estos eventos están organizados por hombres. Y es que da la sensación que han sido creados con la única finalidad de blanquear y ser políticamente correctos.

Crear nuevos concursos de vinos con jurados compuestos exclusivamente de mujeres no defiende la igualdad, sino la segregación y, en consecuencia, más machismo, más desigualdad y enfrentamiento.

En mi opinión, el sector del vino debería hacer lo mismo que hice yo, admitiendo que somos machistas, que hemos cometido errores y que hemos tomado conciencia de cambio.

Creo sinceramente que el sector del vino debería promover más acciones de igualdad, evitando este tipo de "blanqueamientos" horrendos denominados "concurso de vinos para mujeres". Iniciativas que impulsen acciones donde hombres y mujeres por igual puedan tener voz y toma de decisiones en certámenes, guías, conferencias, bodegas, consejos reguladores o cualquier otro organismo del ramo.