En un lugar de la DOP Manchuela

de cuyos nombres sí queremos acordarnos, encontramos a cuatro productores de vinos ecológicos certificados, que nos cuentan cómo son y qué...

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Viernes 27 de Noviembre de 2020

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de cuyos nombres sí queremos acordarnos, encontramos a cuatro productores de vinos ecológicos certificados, que nos cuentan cómo son y qué hacen tan personales sus vinos de BOBAL y otras variedades, en las provincias de Albacete y Cuenca.

VEGA TOLOSA Pagos de la Familia en Casas Ibañez (Albacete).

Hablamos con Mariluz Tolosa

-          ¿Qué os distingue de otras bodegas y productores?

Un proyecto familiar de bodega ecológica y vegana; donde nuestros viñedos viejos de bobal son la base de dicho proyecto con unas producciones de no más 5.000 kg por hectárea.

-          ¿Qué trabajos peculiares lleváis a cabo?

n el viñedo: - Nuestros viñedos de bobal están plantados en El Valle del Cabriel, declarado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, ya que la viña se cultiva en un entorno entre pinos, encinas y plantas aromáticas autóctonas; respetando la biodiversidad del entorno.

En la bodega, la sostenibilidad en nuestra bodega es esencial a la hora de elaborar nuestros vinos: energía solar, generamos nuestro propio nitrógeno para inertizar los procesos de elaboración, equipos de OZONO para desinfectar.

-          ¿Qué hace vuestro vino original y que no se pueden perder?

El carácter del viñedo viejo de baja producción viene dado en nuestros vinos ya sean jóvenes, robles o crianza.

La identidad de nuestros vinos conjugado con la responsabilidad de toda la familia en crear este proyecto generación tras generación. En la actualidad ya contamos con la quinta generación.

 

FINCA EL MOLAR en Fuentealbilla (Albacete)

Hablamos con Rus Moya

-      ¿Qué os distingue de otras bodegas y productores?

Todos nuestros cultivos están alrededor de la casa y la bodega. Nuestro viñedo tiene alrededor de 28 has y cuenta con variedades muy diversas, desde variedades internacionales hasta variedades nacionales y locales que hemos ido recuperando poco a poco, como la Moravia Agria, la Bobal y el Graciano.

Además, estamos llevando a cabo pequeños proyectos y elaboraciones con viñedos viejos y variedades peculiares de la zona que nos gustaría ir integrando en el proyecto.

-       ¿Qué trabajos peculiares lleváis a cabo?

El trabajo más peculiar que hemos llevado a cabo hasta ahora es probablemente un ice wine (vino de hielo) que elaboramos en 2009 con Cabernet Sauvignon, es un tipo de vino que depende mucho de la climatología de cada año y que no siempre podemos elaborar. Esa añada 2009 ha sido puntuada con 92 puntos en la Guía Peñín, ¡estamos muy contentos por ello!

La pasada campaña elaboramos por primera vez un espumoso (método ancestral) con Moravia Agria, probablemente no encontraréis otro igual dada la peculiaridad del método y la variedad. Con este método sólo hay una fermentación que inicia en depósito y finaliza en botella sin ningún añadido.

Y este 2020 nos hemos aventurado con nuestro primer blanco, ¡o quizá naranja! elaborado con una Tardana de cepas viejas situada en uno de los parajes más espectaculares de la Manchuela, La Ceja, que inicia la caída al Valle del Cabriel.

-          ¿Qué hace vuestro vino original y que no se pueden perder?

No os podéis perder ninguno de nuestros vinos! Los vinos antes mencionados son probablemente nuestros trabajos más peculiares, que buscan sorprender con vinos diferentes y divertidos pero no hay que perder de vista nuestros tintos que buscan cada vez más la frescura y tienen la mineralidad como característica esencial de nuestros suelos calizo calcáreos.

 

LA NIÑA DE CUENCA en Ledaña (Cuenca). Hablamos con Lorenzo López Orozco

-      ¿Qué os distingue de otras bodegas y productores?

Nuestra bodega es una bodega familiar, formada por dos hermanos, cuyo objetivo es elaborar vinos artesanales, ecológicos y de pequeñas producciones, procedentes de variedades autóctonas y que representen bien el lugar de donde proceden. Lo que marca nuestra diferencia es el origen, la tierra, pequeñas parcelas de bobal y albilla de manchuela, viñas viejas de treinta a noventa años, una enología minimalista llevada a cabo con una mínima intervención, con un único objetivo: que cuando un consumidor compre una botella de La Niña de Cuenca sea para disfrutar del auténtico vino.

-        ¿Qué trabajos peculiares lleváis a cabo?

Nuestro trabajo pivota sobre dos puntos, el campo y la bodega. Reconozco que nosotros somos más viñadores que bodegueros. Y la explicación es muy sencilla. Pensamos que el vino se hace en la viña, una vez que ya tienes las uvas, en la bodega hay muy poco que hacer.

En el campo trabajamos de manera ecológica, utilizamos los desechos de poda para hacer compost para el año siguiente, los trabajos son a mano (poda, vendimia), recuperamos majuelos viejos, que en ocasiones ya no son rentables pero debido al material genético de sus viñas, para nosotros tienen un valor incalculable, porque ellas serán las madres de nuestras futuras vides, esas que nos van a dar un carácter diferencial.

En la bodega, nuestra principal característica y diferencia, que nos hace únicos es que trabajamos siempre en tinajas de barro. Desde la entrada de la uva, la fermentación y la crianza. No tenemos madera, ni acero inoxidable. El barro respeta la uva y sus características, no aportándole sabores ajenos al vino. Es el vino más puro que puede se puede beber.

-          ¿Qué hace vuestro vino original y que no se pueden perder?

Poder disfrutar un vino que ha envejecido en tinaja de barro, donde sus características primigenias aún están presentes, es un ejercicio que mezcla lo sorpresa, con la magia y el misticismo.

Trabajamos cada día por seguir manteniendo viva la llama de la tradición, sin dejar a un lado la capacidad de sorprender al consumidor, ofreciéndole un producto que no le dejará indiferente y que estoy seguro que recordará por mucho tiempo.

 

ALTOLANDON en Landete (Cuenca). Hablamos con Rosalía Molina

-       ¿Qué os distingue de otras bodegas y productores?

Nuestros viñedos son de altura, en el altiplano de la Serranía de Cuenca. Es la bodega más alta de la D.O.P. Manchuela y una de las más altas de España, a 1100 metros

-       ¿Qué trabajos peculiares lleváis a cabo?

Desde su inauguración trabajamos en ecológico y biodinámica, también somos veganos. No utilizamos levaduras comerciales, todas las fermentaciones son espontáneas, estabilización y clarificación siempre de forma natural, los vinos lo desarrollan naturalmente reposando durante los meses del año más fríos

-       ¿Qué hace vuestro vino original y que no se pueden perder?

Elaboramos vinos con las uvas autóctonas, bobal, garnacha y moscatel, pero también trabajamos con un montón de uvas internacionales, syrah, malbec, cabernet franc, chardonnay y viogner

Realizamos vinificaciones en depósitos de acero inoxidable de 6.000 litros, en barricas de roble francés de 500 y 300 litros y en tinajas de barro, hechas con la tierra de nuestros viñedos.

Vinos tintos, vinos blancos, vinos naranjas y vino naturalmente dulce, se pueden encontrar en nuestra gama.

 

 

Un artículo de Susana Munilla
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