Tips para recetas de cocina con vino

Puedes ver 7 recetas de cocina originales con vino en nuestro blog, que hemos elaborado pensando en los vinos de nuestra bodega. Cinco recetas de menú y dos postres que te van a sorprender.

¿Sueles cocinar con vino? Vamos a darte 4 ideas básicas para que sepas qué tipo de vino utilizar según la receta que vayas a cocinar. ¡Empezamos!

1.       Lo primero y más importante es aprender a cocinar con vino, utilizando su esencia pero sin estropear ni el vino ni la comida que vayamos a servir. Esto, que parece de Perogrullo, es importante porque, como siempre, tenemos que conseguir el equilibrio. Un plato que sepa demasiado a vino o que no haya reducido bien puede ser desagradable o no ser óptimo para el consumo de mucha gente (personas que no puedan consumir alcohol por ejemplo). Por eso, tened en cuenta que para cocinar con vino tenemos que conseguir siempre que se reduzca, que se elimine el alcohol, para lograr que la esencia del vino impregne el plato que estamos cocinando.

2.       ¿Qué tipo de vino va con cada comida? Pues huyendo un poco de las mezclas tradicionales que todos tenemos en la cabeza: vino tinto + carne, vino blanco + pescado, hay que tener en cuenta diversos factores. Tiene más importancia analizar, más que el hecho que se trate de un vino tinto o blanco, el tipo de vino que vamos a utilizar y el plato que queremos cocinar. Si es un vino frutal, si es un vino con crianza, si es un vino seco, o dulce, etc. A veces combinaciones como las del vino dulce para elaborar una salsa de carne y frutos rojos pueden resultar muy agradables. Piensa en el plato que quieres elaborar y muy importante: prueba el vino que vayas a utilizar para saber si el maridaje es correcto.

3.       Ten en cuenta eso sí algunas cosas básicas para mezclar alimentos. Si vas a cocinar un plato de verduras, ten en cuenta que puedes acompañarlas con una salsa de vino más potente o consistente. Si vas a cocinar una carne con mucho cuerpo, procura que el vino que acompañe no le quite protagonismo al ingrediente principal y que la salsa sea más liviana. El pescado se esquilibra con salsas suaves, vinos florales y frutales que aporten frescor a los platos y no fallarás. Y con los postres, no caigas en usar siempre vinos dulces. Está claro que se pueden (y se hacen) grandes postres con vinos dulces, pero no tengas miedo de probar vinos con crianza, vinos jóvenes o vinos blancos, porque te vas a sorprender para bien.

4.       Abre tu mente. Sal de la rutina. Intenta innovar pensando en qué sabores te apetece probar, no en lo que crees que está bien. Arriésgate. Y ¡disfruta la cocina con vino!