Armenia: tierra de tradiciones ancestrales donde predominan las uvas autóctonas

Escrito por

Lunes 10 de Agosto de 2020

Compártelo

Leído › 11111 veces

Este país (superficie: 29.800 km², población: 3,1 milliones) que es uno de los más antiguos del mundo y el primero  en adoptar el cristianismo como religión oficial​, se encuentra en el Cáucaso Sur donde comparte fronteras con cuatro vecinos (Turquía, Irán, Azerbaiyán, Georgia) y debido a su ubicacion en el cruce de Europa y Asia  lo consideran como una entidad geoestratégica transcontinental. Sus condiciones  geográficas, ante todo  la topografía predominante montañosa y la ausencia de un acceso al mar, dan lugar a un clima típicamente continental (inviernos fríos y veranos calurosos con escasas precipitaciones). La aridez del suelo presenta condiciones difíciles para la agricultura  debido a que solo menos de la mitad de sus tierras pueden ser utilizadas para cultivo intensivo.

Armenia tiene una historia milenaria llena de luces y sombras que está marcada por acontecimientos que hicieron historia. Su territorio es un rico catálogo de leyendas relacionadas ante todo con sus montañas que han generado un magnetismo especial de tal manera que de vez en cuando no se distingue entre hechos reales y ficción.  Este es el caso del legendario Monte Ararat*, símbolo de la nación que puede verse desde todas partes del país y se lo asocia con el lugar de descanso del Arca de Noé cuyo hipotético descubrimiento sigue siendo un tema polémico dentro de la comunidad científica.  No obstante, en general se acepta como hecho histórico que la cultura de la vid y del vino nació en el Caucáso, lo que se deriva  de la Biblia según la cual una de las primeras acciones del Noé quien, al dejar el Arca después del diluvio, ha sembrado plantaciones de vid a fin de que  produzca vino para las generaciones posteriores.

(*En 1920 ésto pasó a Turquía tras un pacto fronterizo con la URSS que en aquel entonces había anectado Armenia. Pese a esta arbitrariedad, uno de los elementos constituyentes del escudo de armas armenio es la imagen del Monte Ararat con el Arca de Noé encima.)

En cuanto a los antecedentes de la vitivinicultura en este lugar mítico y emocionante, basta referir al  hallazgo, hecho recientemente por un equipo mixto formado por arqueólogos de diferentes nacionalidades, de una caverna en la provincia de Vayats Dzor situada en el sureste del país, en cuyo interior las excavaciones  han sacado a la luz restos de semillas y uvas prensadas asi como de vasijas y copas, entre otros. Las respectivas pruebas efectuadas mostraron que éstos  debían datar  del año 4.000 antes de Cristo lo que hace suponer que se trata de una de las  bodegas más antiguas del mundo.

Ciertamente en muy pocos países se encuentra una herencia histórica de esta índole tan firmemente arraigada en las tradiciones locales como en Armenia donde  la domesticación de la vid condujo al surgimiento de una cultura de  vino como factor de cohesión social y religiosa.  Durante los milenios pasados los armenios nunca dejaron de dedicarse al cultivo de la uva y a su vinificación, resistiendo todas las turbulencias que han tenido impacto sobre el desarrollo de su nación.

En lo que concierne a las épocas recién pasadas, se recuerda que la historia de la bebida „coñac armenio" de gran prestigio, no solo local sino internacional, ha empezado hace más de un siglo y cuarto y posteriormente - durante la era soviética como una de las repúblicas de la Unión – ésta ha  figurado entre los principales proveedores de algun tipo de destilado de vino  al mercado interno. Debido a este éxito comercial, hasta hace algunas décadas el desarrollo de la producción de vino destinado al consumo directo quedó relegado a un segundo plano y solo en los últimos tiempos se nota la tendencia hacia una mejoría en la recuperación que está cobrando cada vez mayor fuerza.

En la actualidad, Armenia cuenta con una superficie total de viñedo en producción de 16.700 hectáreas,  experimentando así un incremento de unos 25 % en diez años. La vid es cultivada  por productores de variado tamaño quines en 2019 han cosechado un total de 217.000 toneladas de uva (de mesa y de vinificación). La cantidad de vino elaborado a partir de aquella destinada a este fin ha rondado los 13.000 hectolitros, un 32% mayor que en el año anterior. El  tinto ha concentrado el 65% del total. Por el momento, hay 67 bodegas que se adhirieron a la asociación gremial nacional (Vine&Wine Foundation of Armenia) fundada en 2016 con el objetivo de promover „el avance eficaz y coordinada del sector". Según el volumen de producción, un 63% de éstas se clasifica en pequeñas y pequeñas a medianas.

En el país se distingue cinco regiones vinícolas (Aragatsotn, Ararat, Armavir, Tavush, Vayats Dzor) donde se cultiva la uva de conformidad con lo establecido en las respectivas reglamentaciones.  Del total de la superficie nacional, el 41% corresponde a la de Armavir que es la fuente principal de materia prima para destilación. La de Ararat es la segunda más grande  con una participación de 28% en la cual se registra el récord de horas solares al año. En su conjunto dominan las variedades  autóctonas que confieren una tipicidad única a los vinos, muchas veces elaborados a partir de una minuciosa selección de uva de cepas viejas. Entre las blancas, que representan un 70% de la total, destaca sin duda la Voskehat que es  „la reina" de todas y se caracteriza por el color dorado de la piel de sus bayas de maduración tardía. La tinta de mayor prestigio es la Sev Areni (Areni Negro) que actúa como ferviente testigo del gran terruño de la región de Vayats Dzor donde da vinos  particularmente aptos para la crianza en barrica de roble armenio.  Algunas de las otras variedades: Banants, Garan Demak, Kangun, Khatun Khajri, Lalvari, Mskhali (blancas); Haghtanak, Kakhet, Karmrahyut, Sireni/Khndoghni, Tozot, (tintas).

Los vinos elaborados a partir de estas uvas prácticamente desconocidas fuera de su lugar de origen son de marcada personalidad y se los toma ante todo la gente asidua a los locales, sin embargo, últimamente están llamando la atención de los aficionados extranjeros en busca de conocer algo diferente. (Se exporta un 22% de la producción total principalmente a Rusia, China, Estados Unidos, Polonia.)  De hecho, son capaces de competir no solo con aquellos vinos de diferentes procedencias que ya han conquistado la mayoria de los paladares comunes, que facilmente perciben los tradicionales aromas y sabores, sino también cosechan éxitos en concursos internacionales de renombre en los que se registra muchos de alta calidad procedentes de todas partes del mundo. (Uno de los triunfos considerables ha sido la obtención en 2017 de una Gran Medalla de Oro del CMB por el Kataro 2015, Sireni 100% de la Domaine Avetissyan.) En estos casos, no hay duda de que se trata de un claro testimonio que evidencia el dinamismo del trabajo de los actores del sector cuyos pasos firmes vienen dando excelentes frutos poniendo en valor la calidad.

Hin Areni es una de las pocas bodegas que ha sorteado muy bien las pruebas y desafíos de cuidar las tradiciones y  mantenerse en el gusto del consumidor a través de innovar con alta técnica de elaboración.  Esta fue fundada en el pueblo histórico de Areni en 1994 y una década después tomó el rumbo de su modernización que se basaba en la construcción de un nuevo edificio diseñado por un arquitecto de fama mundial y en la adquisición de la tecnología más avanzada en la producción. Hoy en día, cuenta con 32,5  hectáreas de viñedo ubicado a una altitud entre 1.215 y 1.250 metros sobre el nivel del mar  y repartido en  tres lugares con suelo sedimentario de origen volcánico. La densidad de plantación por hectárea: 2.200 cepas (en 28 hectáreas) y 3.600 cepas (en 4,5 hectáreas). El trabajo del enólogo armenio (Anri Daftyan) es ayudado por un consultor francés (Didier Cornelion). Todo el sistema productivo es rigurosamente controlado, desde la plantación de la vid hasta la cosecha y selección a mano de la uva, asi como desde el proceso de vinificación por maquinaria de procedencias italiana y francesa hasta la crianza de los vinos en barricas de roble local, francés y húngaro.  Se cultiva solo las dos ancestrales variedades autóctonas (Voskehat, Sev Areni) a cuya base se produce dos blancos, un rosado y dos tintos. Todos se destacan por su autenticidad y por las características propias y distintivas con las cuales pueden adular al paladar del consumidor curioso y exigente. Hoy, la bodega produce unas 150.000 botellas.

(La guia de vinos „Armenian Wines / Autor's Guide - Arthur Sarkasiyan" ofrece en su edición correspondiente a 2019-2020 toda la información necesaria para conocer de primera mano las mejores bodegas del país y las regiones donde operan, asi como califica los vinos más  destacados de varias añadas. En ésta cada uno de los 6 vinos de la Hin Areni han obtenido la máxima calificación de 5 estrellas.)

En Armenia también se desarrolla un enoturismo cada vez más profesional que viene ofreciendo un buen abanico de opciones para los visitantes interesados en sumergirse un poco más en la historia del vino de un país de tantas maravillas naturales e históricas. El evento más importante - y muy esperado por muchos aficionados extranjeros también - es el „Festival del Vino Areni" que se celebra cada otoño atrayendo a miles de personas quienes buscan ganarse un espacio donde pueden acercarse a las tradiciones y costumbres que se enlazan con la cultura del vino local. Las actividades se llevan a cabo con la participación de la mayoría de las bodegas de la zona para que el público disfrute de una experiencia particularmente enriquecedora. Desde luego, se abre también la posibilidad de degustar los platos típicos de la cocina local que es una mezcla caucásica influenciada por varias otras (turca, rusa, persa).

Fotos: cortesia de VWFA ; armeniadiscovery.com, araratour.com, picnichotels.com, facebook.com/hinareni

Dr. József Kosárka

09.08.2020

Un artículo de Jozsef KOSARKA
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 11111 veces