La ciencia identifica en Vigo los primeros indicios del albariño

Extraordinario hallazgo de la ciencia. Las semillas más antiguas de la variedad que evolucionó hasta el albariño actual acaban de...

Escrito porLuis Congil

Viernes 03 de Julio de 2020

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Extraordinario hallazgo de la ciencia. Las semillas más antiguas de la variedad que evolucionó hasta el albariño actual acaban de ser identificadas, procedentes del yacimiento de O Areal en la ciudad de Vigo. Este conjunto arqueológico, hoy  musealizado en el centro de la urbe, es la única salina de evaporación conservada de todo el Imperio Romano, y las semillas "abuelas" del albariño aparecieron en estrados datados por el carbono 14 entre los siglos II y IV de nuestra era.

Las implicaciones para la ciencia y la cultura del vino son enormes: el antecesor del albariño (junto con otras variedades autóctonas) ya estaba presente en la Galicia romana, y posiblemente era el fruto de la hibridación con vides silvestres locales,  propias de la zona, en una temprana busca del mejor aclimatamiento y la mayor productividad. Es un torpedo a línea de flotación de la hasta ahora predominante teoría de la difusión oriental, o "teoría de Noé", según la cual la vid llegó de oriente de las civilizadoras  manos de fenicios, griegos y romanos.

En este descubrimiento, recién publicado en la "Australian Journal of Grape and Wine Research"  participan científicos gallegos de la Misión Biolóxica de Galicia, del CSIC, y del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Composela (Andrés Teira), acompañados también de los prestigios ampelógrafos españoles Rafael y Carlos Ocete. Las semillas analizadas se habían conservado por anegamiento o por combustión, en tres yacimientos arqueológicos: O Areal en Vigo y Reza Vella en Ourense (ambos de época romana)  y Ponte do Burgo, en Pontevedra (s. XIII-XIV).

El detallado análisis de las semillas conservadas en Reza Vella determino la presencia de vitis sylvestris, mientras que en las de Ponte do Burgo eran variedades ya domesticadas (sativas) o en proceso de domesticación, cercanas a las variedades autóctonas gallegas actuales de albariño, caiño do freixo, blanco legítimo y caiño blanco.

Sin embargo, los análisis de las pepitas de uva de O Areal –un auténtico emporio comercial de exportación de sal hacia todo el Imperio Romano, cuna del poder comercial de Vigo- mediante múltiples parámetros (índice Stummer)  muestra la similitud con el albariño ya entre los siglos II-IV, lo que hace concluir a los autores que, al ser una variedad que hoy predomina en su entorno, puede proceder de tipos de vides silvestres gallegas de la zona, o bien domesticadas de forma autóctona, o bien hibridadas con otras procedentes de otras áreas del Imperio. El ADN, concluyen, deberá determinar este extremo en el futuro.

Los "padres" caíño y merenzao

Esta investigación se convierte así en la más relevante para la historia del vino en Galicia desde que, en 2012, la Estación Enolóxica de Galicia (EVEGA) publicase un acercamiento genético tras analizar 67 variedades de viñas de la comunidad, que determinaba que las uvas gallegas derivan todas de cuatro linajes: caíño, merenzao, garnacha y moscatel.

De estas, como señaló la investigadora Emillia López y se publicó en la prestigiosa "Annals of Applied Biology", los de caíño y merenzao son "linajes genétios propios", y se distribuirían –como recoge el túnel de variedades del Museo do Viño de Galicia- en el bloque del caíño y sus parientes al oeste de Galicia, y el bloque del merenzao al este.

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