Bodegas Flors, pasión de un viticultor

Por Ángel Marques Ávila.Periodista

El nacimiento de Bodega Flors se produce por la necesidad que siente un viticultor llamado Vicente Flors Martí, por  reanudar la actividad vitivinícola familiar y recuperar, buscando el equilibrio entre la tierra, el clima, las variedades y la elaboración de vinos singulares y de gran calidad.

La bodega está ubicada en el término municipal de Les Useres, dentro de la provincia de Castellón de la Plana (Comunidad Valenciana, España). Es una tierra de secano, areno-gravosa, que cuenta con cepas viejas y retorcidas de más de 60 años, la base a partir de la cual elabora sus vinos más personales, y entre ellos su vino más singulary su buque insignia, Clotàs.

En la actualidad, los propietarios de la Bodega se han implicado en todos los procesos de elaboración del vino desde el tipo de poda, la carga a dejar, la poda en verde, la vendimia y hasta la mesa de selección previa a la entrada en bodega.

La vendimia se realiza a mano y la maceración en frío. La primera producción del vino Clotàs ha sido con la variedad Tempranillo. En la añada del 2008, se sigue con el vino temparnillo 100% y también un coupage de vino tempranillo y de vino cabernet sauvignon.

Los viñedos de esta bodega se reparten en diferentes parcelas y variedades para elaborar distintos vinos que ofrecen al consumidor, en este sentido posen ocho hectáreas  dedicadas a la variedad de tempranillo, una hectárea de la uva de Monastrell de viñas viejas de más de 60 años de antigüedad en vaso. Y otra hectárea de viña en la que esta plantada la de Cabernet Sauvignon de reciente plantación en espaldera.

Todas estas viñas están situadas en una tierra privilegiada para el cultivo de la vid, por sus suelos y su climatología, con frío en invierno y calor en verano aunque con la influencia del mar mediterráneo que hace que las noches de verano sean frescas. Aportando a los vinos un matiz mineral y fresco. Además de conservar estas cuatro y media hectáreas de viñedo, mantiene una pequeña construcción que fue bodega, herencia familiar de cinco generaciones de viticultores y bodegueros, que representa el pasado, presente y futuro de la bodega.

Vicente Flors Martí, nos dice que le gusta hacer de todo en la bodega, menos labrar, empiezo con la poda, ya que mi filosofía es que el vino se hace en el campo, yo solo podo las viñas más viejas, ya que requieren un trato muy especial y el resto tengo unos jornaleros que les he enseñado yo".

Este viticultor hecho asi mismo, nos apunta que "tenemos cuatro hectáreas y media nuestras y diez más de familiares míos, y estas disponen de difr4entes variedades en viñas viejas, de Tempranillo, Monastrell, Embolicaire, Macabeo y Tortosina, y  luego hace veinte años planté Cabernet Sauvignon  y Garnacha.

Y más adelante nos indica que "mis funciones son la poda, vigilar todo el proceso vegetativo, podas en verde, vendimia en verde, decidir el día de vendimia, como se tiene que realizar la vendimia manual, recepción  a la cámara de frío, entrada de uva a los depósitos, la mayoría son barricas abiertas, cuando hacemos el descube y posterior trasiego  a las barricas, disponemos de varias tonelerías y hay que señalar dónde va cada partida, por las características de la fruta.  Y nos dice que "cuando sacamos el vinos de las barricas, para embotellarlo, diseño de etiquetas, embotellar y promoción de mis vinos.

La bodega no tiene trabajadores fijos, solo los dos meses de vendimia, que comprende mitad de Septiembre hasta mitad de Noviembre.

"Soy de los que todos los días miro al cielo pues dependo mucho de la naturaleza(condiciones climatológicas y ciclo lunar.) Vicente Flors nos señala con entusiasmo que "somos una bodega muy pequeña, en el campo lo tenemos ecológico (sin certificar),  casi no utilizamos bombas, sólo utilizamos SO2, a la hora de embotellar con un máximo de 20 mml ".

Las viñas y la bodega son de mi familia, pero a mi generación, nos hicieron estudiar y profesionalmente me dedique a otra cosa, pero las viñas las teníamos a manos de medieros, llevando la uva a la cooperativa y el edificio estaba en estado ruinoso.

El año 1999, con unos amigos hicimos un vino que considere que estaba bueno gracias a que le   metimos mucho SO2, ese momento me enamoré del proceso y de su magia . Empecé a leer, a visitar pequeñas bodegas con buen vino, a catar vinos. Y por tulimno nos cuenta la ultima parte de su historia, cuando llegó el momento prejubilarse y querer hacer vino en plan profesional, año  contraté a un enólogo, que hacía justo lo que no quería hacer y tuve que irme a estudiar a la escuela de Requena con los chavales de 20 años. Y así empecé a equivocarme mil veces, pero así aprendí, a partir de los errores.

Empecé haciendo un vino Clotàs y ahora tengo siete. y con ilusión de hacer alguna  vinificación diferente, Mis vinos son diferentes todos los años, porque primero la fruta está diferente y luego porque nunca repito una vinificación.