El mundo digital es tu ventana: Ábrela

El mercado está cambiando y tu bodega tiene que cambiar con él. El Estado de Alarma ha cerrado bares y...

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Jueves 23 de Abril de 2020

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El mercado está cambiando y tu bodega tiene que cambiar con él. El Estado de Alarma ha cerrado bares y restaurantes y ha ralentizado o incluso reducido a la mínima expresión la exportación de vino. Es un hecho. Este año vienen mal dadas para el sector, pero ya se sabe que cuando se cierra una puerta, puede abrirse una ventana. Y esa ventana, para el vino español es el mercado digital: la venta y la presencia de marca online. Si no se puede salir a la calle a conseguir vino, que sea el vino el que llegue al consumidor, hasta su propia casa. Y no sólo físicamente. Internet se ha convertido en un colaborador necesario, las páginas webs en nuestras tiendas, y el mundo virtual de las redes sociales en nuestra mejor tarjeta de presentación, y sobre todo, en una invitación a conocernos cuando pase la pandemia.

Las grandes bodegas llevan mucho de este camino recorrido, pero la austeridad es el mejor acicate de la imaginación. No solo los grandes grupos han sabido capear la crisis que el sector lleva sufriendo más de una década. Las pequeñas y medianas empresas que se han adaptado a las nuevas exigencias del mercado, que han ampliado su público objetivo a los jóvenes, que se han sumado al carro de las nuevas formas de publicidad y marketing de marca, también lo están logrando a pesar de tener presupuestos mucho más ajustados.

La idea es que nadie se olvide de nuestro producto y hay que hacerlo aprovechando las oportunidades que nos brinda el confinamiento debido al coronavirus. Puede sonar bizarro, pero hasta una pandemia puede abrirnos ventanas de oportunidad y futuro. Se ha perdido la hostelería, que de momento está cerrada, pero la venta online está experimentando un crecimiento muy significativo. Y, también se han incrementado el consumo y la venta en supermercados. Pasamos muchas horas buscando y mirando en el ordenador. Revisando las redes sociales, viendo las ofertas del tiempo de pandemia, buscando planes futuros, para cuando sea posible, buscamos contenidos amenos. En todos estos espacios cabe el vino.

Si el retail está en coma, hay que volcarse en lo online. Hay que despertar las ganas de beber vino. Podemos hacerlo y no es tan complicado como suena. Estos son los mínimos exigidos, la base para apostar por el mercado digital y todos ellos, como en el mundo global en el que nos movemos, están interconectados, se retroalimentan y suman sinergias a nuestro favor:

·       Página web profesional y atractiva: Casi todas las bodegas tienen una, pero las hay muy mejorables. No solo deben trasmitir profesionalidad y seriedad. Deben mostrar las señas identificativas de cada bodega, líneas, colores, que todo mantenga la coherencia de la marca, que sean intuitivas y fáciles, por supuesto. Pero, además, tienen que incluir un video corporativo para que se trasladen a nuestra tierra y les resultemos únicos. Si presumes de que eres origen, tendrás que mostrarles donde crecen tus cepas y qué aspecto tienen. Y por descontado, una tienda online. No te olvides de que tu mercado es global, nunca sabes dónde puede estar tu cliente potencial por eso tu web debería esté al menos traducida al ingles (sobre todo lo más importante como la tienda y el video...).

·       Venta online: Muchas bodegas de tamaño mediano o pequeño no la tienen, pero es una herramienta imprescindible y funciona. Un ejemplo entre muchos, dos bodegas familiares que se han puesto las pilas: Bodegas Adriá o Bodegas Luna Beberide con una tienda bien sencilla atienden a sus consumidores y les hablan de su marca en las redes. Puedes vender en la página web y también en las redes sociales. A golpe de clic. Hay muchas plataformas cada vez más sencillas, baratas y seguras para garantizar el pago (Redsys, Paypal, Google Wallet, Amazon Payments...). Este es el paso que da más miedo, pero el e-commerce lleva ya mucho tiempo funcionando y está a la mano de todos.

·       Vídeo corporativo: Hoy todo entra por los ojos y los oídos. Por buena que sea la historia de nuestras cepas, mejor que te la cuenten que tener que leerla. El que llega hasta nosotros tiene que saber dónde ha llegado, y lo que pueden beber. Si tu vino es pura matera prima enseña la bodega, la tierra, las cepas, el paisaje. Si apuestas por la innovación, la sostenibilidad, la tradición o la frescura tienes la oportunidad de enamorar a tu consumidor, de que se traslade a tu espacio cuando prueba el vino. Por supuesto, el video es además, una invitación a visitarnos y descubrirnos. El enoturismo es siempre una opción para valorar, quizá más adelante, cuando acabe el confinamiento. Una puerta abierta a un reserva en el futuro.

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·       Si no estás en las redes no existes: Suena frívolo, puede ser, pero es así. Y a esta tendencia ya no escapa nadie, ni grandes, ni pequeños. No importa el tamaño de tu bodega, necesita una presencia en redes. Tienes a medio mundo mirando el teléfono y si tú no estás en alguno de esos canales, simplemente no existes. Enlaza tu página web con tus redes sociales. Puedes compartir contenido casi de forma simultánea en todas las plataformas en las que participes. Cuelga fotos en Instagram, cuenta eventos en Facebook, participa en foros profesionales en Linkedin... Si te atreves, métete en TickTock. Todas, o alguna, y siempre con el link a tu página y siempre que se permita, incluye plataforma de pago. Me gusta, lo compro. Así funciona. Puede que se necesite un poco de inversión, es cierto, pero merecerá la pena porque será tu publicidad más rentable, mucho más que la tradicional.

No te pongas límites

En las redes sociales casi todo es posible, y no siempre es cuestión de dinero. Las opciones son tantas como bodegas o situaciones. Se impone la imaginación al poder. Hay gente que hace entrevistas y vídeocatas como Fernando Mora, Colectivo Decantado, o Richi Arambarri de Vintae, tienen mucho éxito porque entretienen al personal y está muy bien porque están generando mucha cultura del vino.

Pero hay otras formas si no se puede conseguir un experto de renombre. Se puede enseñar a maridar tu vino con productos o restaurantes de la zona que habitualmente sirvan nuestros vinos (es un win-win, publicidad para todos). O hacer tus propias catas con tu enólogo y hacerlo cercano y profesional a la vez, en directo o en diferido si no te atreves, y dejarlas grabadas para que cada cual tenga acceso cuando quiera y pueda. No te olvides de que es sembrar y hay contenidos que perduran. Las videocatas por ejemplo, pueden ser una buena herramienta de venta para tu distribuidor cuando el enólogo no puede asistir. de realidad Virtual "Samsung Gear VR" que usa Vicente Gandia para su cata virtual

Se pueden hacer cursillos o formaciones online.  Esto es una idea que están poniendo en marcha muchas D.Os, como la D.O León y están teniendo muy buena aceptación porque la cultura del vino interesa si se explica de forma sencilla y amena.

La D.O Rueda, por ejemplo, ha creado una campaña en Instagram de apoyo a los bares y restaurantes, "Los bares en el corazón", en la que diferentes DJ's han realizado videos en directo para compartir por Instagram esos momentos tan especiales que normalmente compartimos en los bares.

La pandemia ha acabado con las ferias, por el momento, así que la venta y la presentación de tu producto tiene que ser online. Bien lo sabe la feria MipTV que este año ha cambiado Cannes por una plataforma virtual en la que han hablado de la apuesta por la realidad virtual y la aumentada. Tendencia que también se traslada al mundo del vino. Se pueden hacer etiquetas virtuales, como las de Bodegas Las Virtudes, en Villena o puedes organizar visitas virtuales a la bodega, y fomentar el enoturismo de sofá, que es el que más se lleva estos días, y que servirá para después también. Bodegas Barbadillo, Marqués de Murrieta, son dos ejemplos de esta apuesta por lo virtual.

O, ¿por qué no? Una cata en realidad aumentada como Vicente Gandía. También aquí puede haber oportunidad: el cliente paga la experiencia y recibe en su casa las gafas de realidad aumentada y el vino para hacer la cata.

Lo que está claro es que no te puedes dormir en los laureles. Es el momento de renovarse porque la alternativa no tiene muy buena pinta. Es cuestión de buscar una idea que encaje con tu bodega y tu presupuesto, pero ahora más que nunca, es el momento de hablar de ti y de tu marca. Tienes a tu audiencia a la espera de que lo hagas.

Un artículo de MIL OJOS
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