El daño al sector del vino español por un conflicto en la construcción de aeronaves

  El origen se remonta al año 2004, cuando Estados Unidos (EE.UU.) solicitó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si...

Martes 21 de Abril de 2020

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El origen se remonta al año 2004, cuando Estados Unidos (EE.UU.) solicitó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si existía un trato de favor hacia el consorcio europeo del AIRBUS. El argumento y motivo de EE.UU. era porque ello podría significar una situación de desventaja para otros competidores como el gigante norteamericano fabricante de aviones BOEING.

La OMC dio sustancialmente la razón a EE.UU. y consideró que la Unión Europea (UE) y, singularmente, cuatro de sus países -Alemania, Francia, España y Reino Unido- no han acatado sus decisiones y no han actuado contra algunas de sus prácticas que fueron consideradas subvenciones ilícitas al consorcio europeo fabricante del AIRBUS.

Después de 15 años de conflictos en informes y apelaciones internacionales, en el año 2010 se emitió un informe por la OMC que parecía definitivo, en el que se daban por contrastadas algunas irregularidades en las subvenciones concedidas por algunos países de la UE antes citados al consorcio AIRBUS. La UE apeló, pero la OMC ratificó en su integridad el informe-resolución de 2010, y al considerar EE.UU. que no se cumplía la resolución, EE.UU. solicitó un arbitraje internacional. Finalmente, tras un largo proceso de nuevas demandas cruzadas, pruebas y apelaciones, el 15 de mayo de 2019 el órgano de Apelación de la OMC, en su resolución de 300 páginas, concluyó que la Unión Europea y algunos de sus Estados miembros, principalmente los 4 precitados, no han aplicado la resolución y recomendaciones de la Organización Mundial de Comercio, dando en su mayor parte la razón a EE.UU.

En síntesis, y aún no dando por comprobadas todas las acusaciones sobre el daño que asegura EE.UU. haber recibido, si constató que se facilitó a AIRBUS financiación a tasas y precios inferiores a las de mercado para lanzar los modelos Airbus A-380 y Airbus A-350. Además, la OMC señalaba que la Unión Europea "no ha demostrado que la supuesta privatización parcial de Aérospatiale en 1999, las transacciones conducentes a la creación de EADS (European Aeronautic Defence and Space, actual Airbus) en el año 2000 y la enajenación de BAE Systems (firma británica nacida de la integración de British Aerospace y Marconi Electronic System, una de las tres mayores compañías de defensa del mundo que cuenta con operaciones en los cinco continentes), en una participación del 20 % en el capital de AIRBUS SAS fueran eventos intermedios que dieran lugar a la extinción del beneficio de todas las subvenciones en litigio.

La compañía estadounidense BOEING informó que, como contrapartida, EE.UU. puede aplicar aranceles millonarios a la importación de aviones europeos, salvo que AIRBUS deje de recibir las subvenciones ilegales recibidas por parte de algunos gobiernos de países de la UE para sus modelos de aviones más recientes. A estos efectos, se podrían autorizar la imposición de nuevos aranceles por parte de EE.UU. hasta un importe equivalente al daño anual causado por esta práctica que, a juicio de BOEING, distorsiona el mercado, pudiendo aplicarse estos aranceles por EE.UU. desde el mismo año 2019.

En efecto, la resolución adoptada por la Organización Mundial de Comercio sobre el litigio, facultaba a EE.UU. a solicitar una autorización para imponer contramedidas hasta un valor de 7.500 millones de dólares anuales como respuesta a las subvenciones de la UE a AIRBUS.

La decisión de EE.UU. se aplicó, finalmente, desde el día 18 de octubre de 2019, imponiéndose, por una parte, nuevas tasas del 10 % sobre la importación de aviones y del 25 % sobre una serie de productos agroalimentarios procedentes de la UE y valorados en 7.500 millones de dólares, imposición que supondrá un gravamen adicional de las exportaciones españolas hacía EE.UU. de algo más de 1.000 millones de euros anuales, según cifras oficiales del gobierno español. Los otros tres países más afectados, junto a España, son Alemania, Francia y Reino Unido.

Los sectores alimentarios españoles más afectados por el incremento del 25 % de los derechos de importación "ad valorem" han sido el aceite de oliva, el vino, las aceitunas, el queso y la carne de cerdo, además del propio sector aeronáutico.

Para España, EE.UU. es el mayor mercado para la exportación de productos agrícolas de la UE, y del vino en particular, tanto en términos de volumen como en valor de sus exportaciones. En 2018, las exportaciones de vino de la UE a EE.UU. alcanzaron un volumen total de 6,5 millones de hl con un valor total de 4.000 millones de euros, lo que representa, aproximadamente, entre el 30 y el 40 % del valor total de las exportaciones efectuadas de vino desde la Unión Europea.

Según datos de la Federación Española del Vino (FEV), en 2018 se vendieron a EE.UU. vinos por importe de 318 millones de euros. Fuera de los derechos de importación -aranceles- quedarían los espumosos, los vinos vendidos a granel y los generosos, aplicándose el gravamen del 25 % sobre los vinos tranquilos embotellados con graduación inferior a 15º vol., lo que supondría un gravamen del 25 % sobre 240 millones de euros, al descontar 78 millones de euros no gravados por tratarse de espumosos, vinos a granel y generosos.

El daño al sector vitivinícola español, según los datos manejados por la FEV, afectan al 90 % de las bodegas españolas (de las 4.300 bodegas en 2018, 3.075 son exportadoras) y las pérdidas de ventas en ellas, al mes de abril de 2020, podrían oscilar entre un 35 y un 50 %. Es preciso tomar en consideración que para el conjunto de las bodegas españolas (grandes, medianas y pequeñas), EE.UU. supone el 26 % de las exportaciones fuera de la UE y es el tercer destino de la exportación vitivinícola española.

En porcentaje global de todas las bodegas exportadoras españolas, para el 25 % de las mismas EE.UU. es su principal país comprador especialmente por valor, habiéndose visto una amplia mayoría de bodegas a aumentar el precio de venta al público de sus productos entre un 15 y un 25 %, mientras que un tercio de las bodegas ha optado por absorber este incremento reduciendo su propio margen de beneficio o, en su caso, el correspondiente al importador y/o distribuidor.

A la vista del incremento de los aranceles con la exportación de vinos envasados hacia EE.UU., y sin sumar la situación excepcional de la pandemia del COVID-19, un número elevado de bodegas españolas estaría considerando su salida del mercado norteamericano, situación que se ve agravada particularmente en las empresas bodegueras de menor tamaño que no pueden absorber el incremento adicional de los derechos de importación. Para las grandes bodegas o grupos bodegueros empresariales, las principales alternativas para mantener su posición en el mercado norteamericano pasa, sin ninguna duda, por incrementar sus actividades promocionales en el mercado estadounidense.

Desde luego, y aunque no se corresponda en su integridad la situación descrita con lo que sería el denominado "efecto mariposa", existen numerosas acciones, actuaciones y operaciones, ejecutadas en cualquier ámbito geográfico y sector económico, cuyas consecuencias, aún sin responder a una relación directa e inmediata de causa-efecto, se multiplican y perjudican a un ámbito y número de sectores que, sin embargo, e inicialmente, no han participado en ella. Y, aquí, se ha presentado un modelo de lo expuesto con las consecuencias descritas para operadores que nada tienen que ver ni han intervenido en la situación inicial pero que resultan gravemente perjudicados.

 

Un artículo de Alfredo Gómez Pascual
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