El Caribe en una copa de ron

A finales del siglo XVIII, Severo Arango y Ferro llegó a Cartagena de Indias en Nueva Granada, lo que ahora conocemos como Colombia. Tenía planes para mejorar la recaudación de impuestos para España en las colonias españolas de América. Su fuerte y poderosa naturaleza fue rápidamente reconocida y pronto fue llamado DICTADOR.

Luego llegó el momento en que se enamoró a primera vista: descubrió el ron. Su devoción y afecto por este elixir tropical lo llevó a convertirse en un comerciante clave de licores exóticos de caña de azúcar, que en ese momento se consideraban como moneda de cambio en la región.

En 1913, casi 180 años después de que se concibiera el mito de DICTADOR, uno de sus descendientes estableció la "Destilería Colombiana". Don Julio Arango y Parra pasó años investigando el mito de DICTADOR y los entresijos de la producción de ron para convertirse en el mejor productor de ron colombiano en la zona del Caribe, mientras dedicaba su vida a honrar el legado de su antepasado.

Debido a su posición geográfica, Colombia es uno de los tres mayores productores de caña de azúcar del mundo, lo que garantiza cosechas de alta calidad y en gran cantidad. Cartagena y su campo son famosos por tener las mayores áreas de producción de caña de azúcar en América del Sur.

El productor de ron, ya en su tercera generación, y Maestro Destilador Hernán Parra, continúa el legado y la tradición de la familia. Con base en Cartagena, Colombia, DICTADOR tiene el privilegio de estar en la región norte de América del Sur con más de 800 millas de costa en el resplandeciente Mar Caribe. Nuestra ubicación nos brinda ese equilibrio mágico de clima y tierra para poder producir nuestra gama de rones excepcionales.

Cartagena, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, está profundamente inmersa en su relación romántica con la antigüedad de la hermosa época colonial; esta ciudad es tan cautivadora como su ron. Ya sea que se pasee por los callejones empedrados o se tome DICTADOR en la playa, el entorno histórico y único de la ciudad es el escenario perfecto para crear el ron que atrapa el sabor del Caribe.