La primera y más antigua vinícola de toda América: Casa Madero

Hay cosas que permancen intactas con el paso de los años, demostrando que su grandeza es inmortal. En el pueblo mágico...

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Lunes 24 de Febrero de 2020

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Hay cosas que permancen intactas con el paso de los años, demostrando que su grandeza es inmortal. En el pueblo mágico de Parras en Coahuila, México, hay un oasis rebosante de verdor y de historia, donde bajo los rayos del sol reposa la primera y la más antigua vinícola de toda América: Casa Madero.

Su historia comenzó en 1568 fue de forma casi accidental, cuando los primeros exploradores españoles descubrieron un oasis con manantiales de agua y vides silvestres. Este descubrimiento atrajo a los jesuitas, quienes establecieron la Misión de Santa María de las Parras y elaboraron el primer vino mexicano, pero fue en 1597 cuando Don Lorenzo García fundó la Hacienda San Lorenzo, con merced del rey Felipe II de España, quien estampó su sello en el Libro de Las Mercedes, permitiéndole a Casa Madero ser el primer productor de uvas para la elaboración de vino y brandy en América.

 

Los siglos han convertido a la bodega en un punto de referencia en la producción de vinos de todo el continente, y un lugar de gran valor cultural. Casa Madero nos conquista con el romanticismo de su casco histórico, que ahora es un hermoso hotel, donde los gruesos muros son los guardianes de las voces del pasado, y sus techos de gruesas vigas de madera, son los testigos de que el trabajo bien hecho no sólo perdura en el tiempo, sino que lo transforma.

Su más reciente etiqueta lleva por nombre la fecha de su nacimiento: 1597. Este vino está creado con una sección de uvas que resaltan lo mejor de sus viñedos. Su vendimia es manual durante la noche, seguida por el proceso de doble selección, primero seleccionando los mejores racimos, y posterior al despalillado, se lleva a cabo una selección de granos. Logrando así que únicamente el mejor fruto pase al proceso de fermentación.

Las cualidades de 1597 son un ensamble de sensaciones. A la vista, tiene un seductor color rojo rubí, profundo y brillante, y sus aromas son complejos y elegantes, con notas que recuerdan a especias, a cassis, higo, mentol, frutos secos, cacao y café. En boca es denso y aterciopelado, de cuerpo robusto, equilibrado con una persistencia alta, destacan aromas a ciruela, cassis y frutos secos.

Casa Madero ha conquistado a través de generaciones con su romanticismo histórico, un rico pasado que se manifiesta en un presente exitoso, que nos llenan el espíritu y los sentidos, con deliciosos sabores.

Un artículo de Deby Beard
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