¡Este vino huele a pedo!

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Miércoles 22 de Enero de 2020

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Descorchas esa preciada botella, acercas la nariz y salta la sorpresa: el vino desprende un repelente olor a pedo. Y te preguntas, ¿qué he hecho yo para merecer esto? Tú, nada malo, pero alguien en el proceso de elaboración, sí. Vinoteca Mendibil te va a explicar qué ha pasado con esa desgraciada botella.

Durante la vinificación, al vino se le añade una pequeña porción de anhídrido sulfuroso, conocido como sulfito. Se trata de un compuesto químico de azufre y oxígeno que permite conservar el vino con mejor color y aroma. Mezclado en la cantidad adecuada es inocuo para la salud, realiza funciones antioxidantes, antisépticas, desinfectantes y depuradoras. Por tanto, se trata de un elemento imprescindible, no solo en la elaboración de vinos sino también en otros alimentos.

Sin embargo, un exceso de este compuesto puede alterar el aroma y el sabor del vino, provocando la concentración de sulfuro de hidrógeno, un gas incoloro con un desagradable olor a flatulencia o huevo podrido. ¿Y cuál es la relación entre ese vino de nauseabundo aroma y un pedo? Pongamos el ejemplo de las legumbres o las coles de bruselas. Todas ellas tienen carbohidratos, los cuales contienen azufre, como los sulfitos del vino. Durante la digestión, nuestro cuerpo convierte ese azufre en sulfuro de hidrógeno y lo acaba expulsando de forma olorosa. Esto explica que los vinos con un exceso de sulfitos emitan un olor similar a un pedo.

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